La chica tomó su golpe fallido como un avance, y en cierta forma lo era. Observándola de brazos cruzados, le dio un par más de consejos.
"Estoy cortando. Estoy cortando. El codo derecho a la altura del corazón. Estoy cortando." repitió mentalmente.
Inhaló profundamente y repitió los pasos anteriores: echar los hombros atrás, acomodar las piernas y adotpar una postura firme, y colocarse en posición para el golpe. Cerró los ojos.
"Estoy cortando."
Imaginó una katana de verdad. De empuñadura púrpura y guarda con ornamentos florales. No imaginó el viento, ni el césped, ni el calor, ni las gotas de sudor de su rostro. Imaginó la hoja, brillante y afilada, pesada en sus manos, pero firme a su voluntad. Imaginó al muñeco de práctica frente a ella, con una línea roja en su superficie. Allí cortaría. Por allí se separaría el muñeco, rindiéndose ante el filo del sable.
"Estoy cortando."
Escuchó entonces un "¡Tú puedes!" de parte de la chica pelirrosa. Taeko abrió los ojos, más decidida que antes. Con expresión seria alzó la espada, preparando el golpe, y la bajó con fuerza, sin apartar la mirada del muñeco. El mandoble esta vez impactó en la unión entre el cuello y el hombro del ser de paja y madera. Luego, se deslizó en diagonal hacia abajo mientras Taeko se imaginaba que el muñeco en realidad estaba siendo cortado.
No obstante, apenas comenzaba a deslizarlo, tal como había hecho la chica espadachina, la shinai resbaló de sus dedos y cayó sobre el césped. El golpe había reverberado a través de la espada de práctica y había alcanzado sus manos. Ahora, Taeko agitaba en el aire sus dedos adoloridos, pues no había sido lo suficientemente fuerte como para resistir con el arma en manos.
"¡Que vergüenza! ¡Lo siento tanto!" pensó, dedicándole tres reverencias seguidas, apenándose de su propia debilidad.
"Estoy cortando. Estoy cortando. El codo derecho a la altura del corazón. Estoy cortando." repitió mentalmente.
Inhaló profundamente y repitió los pasos anteriores: echar los hombros atrás, acomodar las piernas y adotpar una postura firme, y colocarse en posición para el golpe. Cerró los ojos.
"Estoy cortando."
Imaginó una katana de verdad. De empuñadura púrpura y guarda con ornamentos florales. No imaginó el viento, ni el césped, ni el calor, ni las gotas de sudor de su rostro. Imaginó la hoja, brillante y afilada, pesada en sus manos, pero firme a su voluntad. Imaginó al muñeco de práctica frente a ella, con una línea roja en su superficie. Allí cortaría. Por allí se separaría el muñeco, rindiéndose ante el filo del sable.
"Estoy cortando."
Escuchó entonces un "¡Tú puedes!" de parte de la chica pelirrosa. Taeko abrió los ojos, más decidida que antes. Con expresión seria alzó la espada, preparando el golpe, y la bajó con fuerza, sin apartar la mirada del muñeco. El mandoble esta vez impactó en la unión entre el cuello y el hombro del ser de paja y madera. Luego, se deslizó en diagonal hacia abajo mientras Taeko se imaginaba que el muñeco en realidad estaba siendo cortado.
No obstante, apenas comenzaba a deslizarlo, tal como había hecho la chica espadachina, la shinai resbaló de sus dedos y cayó sobre el césped. El golpe había reverberado a través de la espada de práctica y había alcanzado sus manos. Ahora, Taeko agitaba en el aire sus dedos adoloridos, pues no había sido lo suficientemente fuerte como para resistir con el arma en manos.
"¡Que vergüenza! ¡Lo siento tanto!" pensó, dedicándole tres reverencias seguidas, apenándose de su propia debilidad.
SILENCE
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
¡Visita El rincón de traducción de Taekūran!
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
¡Visita El rincón de traducción de Taekūran!