22/04/2017, 23:16
La primera parte de su plan se había cumplido a la perfección, eso hacia sentirse a la joven más que satisfecha con su desempeño aunque sabía que debía de seguir así antes de poder celebrar algo. Así que tras volver a cerrar la puerta, se dispuso a repetir la maniobra nuevamente, sin embargo en esta ocasión los animalejos que ocupaban el lugar parecían no tener ganas de seguir cooperando con la chica pues en seguida aparecieron dos ratas a bichear entre las latas que intentaba recuperar.
—¡Fuera!— instó la joven un tanto molesta pues estaban interrumpiendo su progreso —¡Apartad!— el animal que parecía ser el jefe, pues su tamaño era ligeramente superior la miraba fijamente sobre una lata. No parecía estar dispuesta a aceptar las órdenes de la humana —¡Vamos! ¡Tengo trabajo que hacer!— Izumi empezaba a enfadarse, una cosa es que los animales le parecieran monos y que incluso estuviera dispuesta a ayudarlos a marcharse del lugar... pero no toleraría que se interpusieran entre ella y su objetivo, no estaba en juego nada baladí —No me obligues a... ¡ayyyyyy!— instintivamente dirigió la mirada hasta su tobillo, solo para ver una sombra escabullirse —¡Joder, duele!— acababa de recibir un bocado en el tobillo, se agachó colocando las manos sobre la pequeña herida —¡Me has mordido, maldita!— se frotó la zona con las manos para aliviar el dolor antes de volver a incorporarse, sin embargo su rostro había cambiado.
Izumi estaba tremendamente enfadada, las había tratado con mimo y cuidado a pesar del desorden que habían montado... y así se lo devolvían. Es más, incluso se interponían entre ella y la posibilidad de completar una misión de manera brillante para Morikage-sama
—Me temo que voy a tener que hacer esto por las malas— amenazó la joven a los animalillos que habían acabado con su paciencia —Pienso acabar mi trabajo, la próxima que se interponga lo pagará caro— gruñó la joven, que no sabía muy bien si esos animales tendrían la capacidad de entender que se había enfadado pero sintió la necesidad de advertir de todas formas
Después de aquello, la chica volvió al trabajo. Su ritmo había aumentado y en sus movimientos se podía notar cierta violencia, estaba tremendamente enfadada y el escozor del bocado que había recibido no hacía más que aumentar su enfado por momentos. Izumi seguiría amontonando las cosas junto a la puerta un rato más, antes de realizar la operación de extracción
—¡Fuera!— instó la joven un tanto molesta pues estaban interrumpiendo su progreso —¡Apartad!— el animal que parecía ser el jefe, pues su tamaño era ligeramente superior la miraba fijamente sobre una lata. No parecía estar dispuesta a aceptar las órdenes de la humana —¡Vamos! ¡Tengo trabajo que hacer!— Izumi empezaba a enfadarse, una cosa es que los animales le parecieran monos y que incluso estuviera dispuesta a ayudarlos a marcharse del lugar... pero no toleraría que se interpusieran entre ella y su objetivo, no estaba en juego nada baladí —No me obligues a... ¡ayyyyyy!— instintivamente dirigió la mirada hasta su tobillo, solo para ver una sombra escabullirse —¡Joder, duele!— acababa de recibir un bocado en el tobillo, se agachó colocando las manos sobre la pequeña herida —¡Me has mordido, maldita!— se frotó la zona con las manos para aliviar el dolor antes de volver a incorporarse, sin embargo su rostro había cambiado.
Izumi estaba tremendamente enfadada, las había tratado con mimo y cuidado a pesar del desorden que habían montado... y así se lo devolvían. Es más, incluso se interponían entre ella y la posibilidad de completar una misión de manera brillante para Morikage-sama
—Me temo que voy a tener que hacer esto por las malas— amenazó la joven a los animalillos que habían acabado con su paciencia —Pienso acabar mi trabajo, la próxima que se interponga lo pagará caro— gruñó la joven, que no sabía muy bien si esos animales tendrían la capacidad de entender que se había enfadado pero sintió la necesidad de advertir de todas formas
Después de aquello, la chica volvió al trabajo. Su ritmo había aumentado y en sus movimientos se podía notar cierta violencia, estaba tremendamente enfadada y el escozor del bocado que había recibido no hacía más que aumentar su enfado por momentos. Izumi seguiría amontonando las cosas junto a la puerta un rato más, antes de realizar la operación de extracción