24/04/2017, 19:39
Las ratas parecían haber captado que la paciencia de la chica tenía un límite muy cortito, así que a su voz se dispersaron ocultándose de nuevo entre el desorden.
Izumi torció el gesto molesta, mientras dedicaba una última y severa mirada a su alrededor. Satisfecha en cierta forma por el efecto que había causado entre aquellos revoltosos animales.
Había acabado de amontonar las latas junto a la puerta, así que una vez más repitió el proceso anterior. Una lata hacía de tope mientras sacaba con presteza los bienes que había recuperado del embargo animal, una vez hubo acabado salió ella también y cerró tras de sí echando la llave.
"Poco a poco" se dijo mientras volteaba y miraba con atención todo lo que había recuperado del almacén, eran bastantes cosas pero le daría para llenar al menos una de las tres estanterías y quizás parte de otra "Manos a la obra" recogió lo que pudo entre sus brazos y con cuidado, atravesó el pasillo hasta llegar a la escalera, la cual descendió cuidadosamente hasta llegar a la planta baja donde se encontraba el supermercado. Repitió el proceso tres veces, hasta tener todos los objetos que había sacado del almacén a los pies de las escaleras, en un lateral para no molestar el paso "Y ahora a reponer..." fue leyendo las etiquetas y colocando todos los productos de los que disponía, con cada viaje que daba el vacío de las estanterías se iba reduciendo hasta que finalmente había acabado de rellenar la primera de ellas con salsas, especias y derivados "Genial y aún me quedan algunas cosas" terminó por colocar lo que restaba de su trabajo anterior para después volver a tomar nota de lo que faltaba por completar "Mierda... todo esto no lo he visto por la zona cercana a la puerta... tocará adentrarse"
Sin ni siquiera darse tiempo para tomar un respiro, la chica ascendió las escaleras a toda velocidad y se plantó frente a la puerta. La abrió con cuidado, para evitar que ningún animal de aquellos saliera y convirtiese el resto de la tienda en un reflejo del caos. Una vez dentro, cerró la puerta y echó el pestillo pues ahora su misión la llevaba más allá de la frontera de objetos que había levantado.
—La primera que se me moleste mientras trabajo lo pagará muy caro— advirtió la joven mientras echaba a caminar hacia el fondo de la habitación, apartando con cuidado todas las cosas que podía con los pies para dejar un camino claro. Según avanzaba, iba rastreando con la mirada en busca los productos que faltaban en el resto de baldas
Izumi torció el gesto molesta, mientras dedicaba una última y severa mirada a su alrededor. Satisfecha en cierta forma por el efecto que había causado entre aquellos revoltosos animales.
Había acabado de amontonar las latas junto a la puerta, así que una vez más repitió el proceso anterior. Una lata hacía de tope mientras sacaba con presteza los bienes que había recuperado del embargo animal, una vez hubo acabado salió ella también y cerró tras de sí echando la llave.
"Poco a poco" se dijo mientras volteaba y miraba con atención todo lo que había recuperado del almacén, eran bastantes cosas pero le daría para llenar al menos una de las tres estanterías y quizás parte de otra "Manos a la obra" recogió lo que pudo entre sus brazos y con cuidado, atravesó el pasillo hasta llegar a la escalera, la cual descendió cuidadosamente hasta llegar a la planta baja donde se encontraba el supermercado. Repitió el proceso tres veces, hasta tener todos los objetos que había sacado del almacén a los pies de las escaleras, en un lateral para no molestar el paso "Y ahora a reponer..." fue leyendo las etiquetas y colocando todos los productos de los que disponía, con cada viaje que daba el vacío de las estanterías se iba reduciendo hasta que finalmente había acabado de rellenar la primera de ellas con salsas, especias y derivados "Genial y aún me quedan algunas cosas" terminó por colocar lo que restaba de su trabajo anterior para después volver a tomar nota de lo que faltaba por completar "Mierda... todo esto no lo he visto por la zona cercana a la puerta... tocará adentrarse"
Sin ni siquiera darse tiempo para tomar un respiro, la chica ascendió las escaleras a toda velocidad y se plantó frente a la puerta. La abrió con cuidado, para evitar que ningún animal de aquellos saliera y convirtiese el resto de la tienda en un reflejo del caos. Una vez dentro, cerró la puerta y echó el pestillo pues ahora su misión la llevaba más allá de la frontera de objetos que había levantado.
—La primera que se me moleste mientras trabajo lo pagará muy caro— advirtió la joven mientras echaba a caminar hacia el fondo de la habitación, apartando con cuidado todas las cosas que podía con los pies para dejar un camino claro. Según avanzaba, iba rastreando con la mirada en busca los productos que faltaban en el resto de baldas