24/04/2017, 23:38
Por supuesto, el dueño de las termas estaba contento, se había salido con la suya, después de todo. Pero ahora que el nudo que tenía en la garganta se había disuelto, Ralexion podía respirar más tranquilo.
—¡Gracias, mil gracias muchacho! ¡Qué digo muchacho, señor cliente, hihihi!
Se limitó a asentir.
—Os aseguro que no os arrepentiréis, mis baños termales puede que no sean los mejores de Yugakure, pero pueden competir con cualquier otro! ¡Vamos, vamos, hihihi!
«Pero si dice que sus termas no son las mejores y al mismo tiempo que pueden rivalizar con cualquier otra, ¿no se está contradiciendo? Hmm...»
Inició sus pasos tras Shigeru antes que su congénere. Es más, ni siquiera contaba con que los siguiera. Era Ralexion, y solo él, quien se había ofrecido, ergo, Akame no tenía ningún tipo de obligación de someterse a la posible mala experiencia que aguardara tras las puertas de "Las Tradicionales Termas de Mugiwara".
Tan solo cuando ya había pasado al interior del recibidor del baneario fue consciente de la presencia del cicatrizado, confirmada con un rápido vistazo a su espalda. No estaba seguro de si su compañía se le hacía grata o embarazosa.
Hizo por no calentarse demasiado el coco, en su lugar se fijó en el estado del establecimiento. Era dolorosamente obvio que la falta de mantenimiento había hecho estragos en el lugar, que tiempo ha supuso que debió de ser esplendoroso.
Se les indicó la localización del vestuario y se les tendió una toalla. Ralexion la tomó y se la puso sobre el hombro derecho. Su mirada se cruzó con la de Akame. Notaba las dudas en el semblante del pelinegro, a lo que él se encogió de hombros.
Sin mediar palabra se dirigió hacia el área señalada.
—¡Gracias, mil gracias muchacho! ¡Qué digo muchacho, señor cliente, hihihi!
Se limitó a asentir.
—Os aseguro que no os arrepentiréis, mis baños termales puede que no sean los mejores de Yugakure, pero pueden competir con cualquier otro! ¡Vamos, vamos, hihihi!
«Pero si dice que sus termas no son las mejores y al mismo tiempo que pueden rivalizar con cualquier otra, ¿no se está contradiciendo? Hmm...»
Inició sus pasos tras Shigeru antes que su congénere. Es más, ni siquiera contaba con que los siguiera. Era Ralexion, y solo él, quien se había ofrecido, ergo, Akame no tenía ningún tipo de obligación de someterse a la posible mala experiencia que aguardara tras las puertas de "Las Tradicionales Termas de Mugiwara".
Tan solo cuando ya había pasado al interior del recibidor del baneario fue consciente de la presencia del cicatrizado, confirmada con un rápido vistazo a su espalda. No estaba seguro de si su compañía se le hacía grata o embarazosa.
Hizo por no calentarse demasiado el coco, en su lugar se fijó en el estado del establecimiento. Era dolorosamente obvio que la falta de mantenimiento había hecho estragos en el lugar, que tiempo ha supuso que debió de ser esplendoroso.
Se les indicó la localización del vestuario y se les tendió una toalla. Ralexion la tomó y se la puso sobre el hombro derecho. Su mirada se cruzó con la de Akame. Notaba las dudas en el semblante del pelinegro, a lo que él se encogió de hombros.
Sin mediar palabra se dirigió hacia el área señalada.