25/04/2017, 15:16
Un par de boles a los lados, el brick de leche y la caja de cereales en medio. Tanabe y Yuki estaban sentados uno frente al otro, disfrutando de su desayuno. Karamaru se posicionó en medio, manteniendo una abstinencia alimenticia, al menos por el momento. Les preguntó a ambos su edad, pero ni tiempo tuvo para finalizar la cuestión antes de que el timbre lo interrumpiera.
Los dos muchachos lo observaron cuando se apresuró a responder a la llamada. Cuando abrió la puerta Karamaru se topó con un desconocido. Iba vestido de forma muy similar a Keiji, es decir, llevaba el chaleco oficial de la villa, pantalones militares, sandalias ninja y en la cabeza una bananda de Amegakure. Su cabello era negro como la noche, alborotado y de largura hasta aproximadamente la nuca. Sus ojos, de color violeta, eran vivaces. Gozaba de un aire formal. A juzgar por su aspecto no tendría más de unos 25 años.
Se aclaró la voz.
—Buenos días. Mi nombre es Fukumoto Yūma, jōnin. Tú debes de ser Habaki Karamaru-kun, el encargado de cuidar de los hijos de Keiji-san, ¿me equivoco? —esperaría una respuesta— Seré breve. Estoy aquí para transmitir a la familia de Keiji-san que ha fallecido, murió cumpliendo con su deber para con Amegakure no Sato. Así mismo, dadas las circunstancias, tu misión termina aquí. Yui-sama tendrá que confirmártelo, pero por supuesto tú no tienes culpa de nada de lo que ha ocurrido y se considerará como exitosa.
»Me gustaría pasar y hablar con los niños, si ya están despiertos. Keiji-san era un buen amigo mío y un excelente compañero, sus hijos me conocen. Creo que es mejor que sea yo quien les de una noticia tan dura. ¿Podría entrar un momento?
Los dos muchachos lo observaron cuando se apresuró a responder a la llamada. Cuando abrió la puerta Karamaru se topó con un desconocido. Iba vestido de forma muy similar a Keiji, es decir, llevaba el chaleco oficial de la villa, pantalones militares, sandalias ninja y en la cabeza una bananda de Amegakure. Su cabello era negro como la noche, alborotado y de largura hasta aproximadamente la nuca. Sus ojos, de color violeta, eran vivaces. Gozaba de un aire formal. A juzgar por su aspecto no tendría más de unos 25 años.
Se aclaró la voz.
—Buenos días. Mi nombre es Fukumoto Yūma, jōnin. Tú debes de ser Habaki Karamaru-kun, el encargado de cuidar de los hijos de Keiji-san, ¿me equivoco? —esperaría una respuesta— Seré breve. Estoy aquí para transmitir a la familia de Keiji-san que ha fallecido, murió cumpliendo con su deber para con Amegakure no Sato. Así mismo, dadas las circunstancias, tu misión termina aquí. Yui-sama tendrá que confirmártelo, pero por supuesto tú no tienes culpa de nada de lo que ha ocurrido y se considerará como exitosa.
»Me gustaría pasar y hablar con los niños, si ya están despiertos. Keiji-san era un buen amigo mío y un excelente compañero, sus hijos me conocen. Creo que es mejor que sea yo quien les de una noticia tan dura. ¿Podría entrar un momento?