19/06/2015, 17:25
Parecía que Kunie hizo caso omiso ante mi pregunta, sobre de que hacía por aquí. No le di importancia, en realidad no me interesaba cual era su propósito. Solo quería conocerla, era bueno entablar amistades con otros shinobi, si eran kunoichis mejor que mejor. Se sentó en un escalón que daba acceso al templo e hice lo mismo, me senté justo a su lado.
Una vez sentados la conversación continuó, y a Kunie pareció sorprenderle mi faceta artística, tanto que me preguntó con entusiasmo cual era mi especialidad en concreto, algo que le revelé con gusto. -Si eso es, se podría decir que soy escultor, trabajo la arcilla. No hay nadie en el mundo que pueda superar mi arte, y no es simple fanfarronería, es la pura verdad. Mis palabras estaban acompañadas de una fuerte convicción, que no dejaban lugar a dudas.
Y como no, una pregunta no podía ir acompañado de la petición que me acababa de hacer la kunoichi de la lluvia, le encantaría ver mis habilidades, para ello, intentó picarme diciéndome una especie de alago, o eso supuse, me dijo que era una "caja de sorpresas" -No lo sabes bien, soy una caja de sorpresas muy grande. Solté unas leves carcajadas. -¿Cómo cuanto de encantada estarías? pregunté con verdadera intriga.
Me quedé esperando a la reacción de Kunie ante mi pregunta, que daba igual por donde se mirase, era sin duda una pregunta muy fácil de mal interpretar, pero antes de que mi pregunta diera paso a un silencio incómodo añadí. -No es por nada, es que no debo enseñar mi arte a cualquiera, pero si me dieras un motivo de peso...quizás me lo podría replantear.
Una vez sentados la conversación continuó, y a Kunie pareció sorprenderle mi faceta artística, tanto que me preguntó con entusiasmo cual era mi especialidad en concreto, algo que le revelé con gusto. -Si eso es, se podría decir que soy escultor, trabajo la arcilla. No hay nadie en el mundo que pueda superar mi arte, y no es simple fanfarronería, es la pura verdad. Mis palabras estaban acompañadas de una fuerte convicción, que no dejaban lugar a dudas.
Y como no, una pregunta no podía ir acompañado de la petición que me acababa de hacer la kunoichi de la lluvia, le encantaría ver mis habilidades, para ello, intentó picarme diciéndome una especie de alago, o eso supuse, me dijo que era una "caja de sorpresas" -No lo sabes bien, soy una caja de sorpresas muy grande. Solté unas leves carcajadas. -¿Cómo cuanto de encantada estarías? pregunté con verdadera intriga.
Me quedé esperando a la reacción de Kunie ante mi pregunta, que daba igual por donde se mirase, era sin duda una pregunta muy fácil de mal interpretar, pero antes de que mi pregunta diera paso a un silencio incómodo añadí. -No es por nada, es que no debo enseñar mi arte a cualquiera, pero si me dieras un motivo de peso...quizás me lo podría replantear.