26/04/2017, 19:44
Los tres gennins avanzaban por aquel pequeño sendero sin mucha idea de hacia donde se dirigían, pero el objetivo era cruzar el bosque y eso es lo que hacían.
El chico rubio abría la marcha, seguido de Izumi y por último Juro y su marioneta. La Sanshouo hubiese preferido una marcha en silencio, pero eso parecía ser mucho pedir
— Bueno, entonces... para matar el rato antes de que nos pasé algo, esa mari... el silbido de un objeto metálico volando a toda velocidad interrumpió al de la coleta. Izumi por su parte se había quedado clavada en el sitio un instante, había sentido como el viento que arrastraba el arma al volar golpeaba su mejilla derecha "No..." casi asustada se volvió para comprobar como estaba su compañero, por suerte no tardó en divisar un shuriken que había impactado en su muñeco "Podría habernos matado a cualquiera..."
— Mierda... ¿Habéis visto eso?. Izumi miró en la dirección de la que había provenido el arma y tan solo pudo ver los restos de humo que desaparecían en el aire
— Bueno, no te preocupes, Jurete. Gen sobrevivirá, tan solo hay que hacerle una breve ciruGía —
—¡Déjate de tonterías!— la pelirosa agarró al de la coleta por un brazo, le dio un tirón arrastrándolo a la carrera hasta Juro al que hizo lo mismo con la mano libre y los arrastró casi lanzándolos detrás de la espesura en el lado diestro del camino. Justo tras unos setos altos y un par de árboles que harían de cobertura —¡Nos acaban de atacar!— soltó a los dos chicos, que si no tenían cuidado con la inercia podrían acabar en el suelo —¡¿Y tu te pones a bromear como un maldito bufón?!— reprimió su voz todo lo que pudo, pero se notaba que estaba muy enfadada —Tomate esto un poco en serio, si hubiese querido el que lanzó el shuriken habría podido acabar con cualquiera de nosotros—
"Hemos bajado la guardia en exceso... nos confiamos sin motivo alguno..." y ese pensamiento, era lo que más la enojaba del todo... en que no habían sido solo sus compañeros si no que ella también. Se acomodó el improvisado bokuto en su cintura, pues con la carrera se había resbalado un poco y tuvo que asegurarlo de nuevo
—Sea como sea, no podemos seguir el camino sin exponernos de nuevo— finalizó la joven un poco más tranquila, mientras lanzaba miradas furtivas a su alrededor por si las moscas
El chico rubio abría la marcha, seguido de Izumi y por último Juro y su marioneta. La Sanshouo hubiese preferido una marcha en silencio, pero eso parecía ser mucho pedir
— Bueno, entonces... para matar el rato antes de que nos pasé algo, esa mari... el silbido de un objeto metálico volando a toda velocidad interrumpió al de la coleta. Izumi por su parte se había quedado clavada en el sitio un instante, había sentido como el viento que arrastraba el arma al volar golpeaba su mejilla derecha "No..." casi asustada se volvió para comprobar como estaba su compañero, por suerte no tardó en divisar un shuriken que había impactado en su muñeco "Podría habernos matado a cualquiera..."
— Mierda... ¿Habéis visto eso?. Izumi miró en la dirección de la que había provenido el arma y tan solo pudo ver los restos de humo que desaparecían en el aire
— Bueno, no te preocupes, Jurete. Gen sobrevivirá, tan solo hay que hacerle una breve ciruGía —
—¡Déjate de tonterías!— la pelirosa agarró al de la coleta por un brazo, le dio un tirón arrastrándolo a la carrera hasta Juro al que hizo lo mismo con la mano libre y los arrastró casi lanzándolos detrás de la espesura en el lado diestro del camino. Justo tras unos setos altos y un par de árboles que harían de cobertura —¡Nos acaban de atacar!— soltó a los dos chicos, que si no tenían cuidado con la inercia podrían acabar en el suelo —¡¿Y tu te pones a bromear como un maldito bufón?!— reprimió su voz todo lo que pudo, pero se notaba que estaba muy enfadada —Tomate esto un poco en serio, si hubiese querido el que lanzó el shuriken habría podido acabar con cualquiera de nosotros—
"Hemos bajado la guardia en exceso... nos confiamos sin motivo alguno..." y ese pensamiento, era lo que más la enojaba del todo... en que no habían sido solo sus compañeros si no que ella también. Se acomodó el improvisado bokuto en su cintura, pues con la carrera se había resbalado un poco y tuvo que asegurarlo de nuevo
—Sea como sea, no podemos seguir el camino sin exponernos de nuevo— finalizó la joven un poco más tranquila, mientras lanzaba miradas furtivas a su alrededor por si las moscas