26/04/2017, 20:53
«¿Una vida más tranquila? ¿Haciendo recados hasta el fin de tus días, por ejemplo?»
Akame no pudo evitar torcer los labios en una mueca escéptica.
—¿Por qué te hiciste ninja, entonces? —la pregunta le salió casi de forma automática—. Si no quieres trabajo y sangre, en esta profesión hay para aburrir. La vida de un shinobi no se caracteriza por ser precisamente tranquila... O larga.
Entonces el Uchiha calló. Sacó la mano derecha de debajo del agua para rascarse la nariz, que había empezado a picarle con intensidad. Notó los cartílagos deformados de su tabique nasal allí donde habían soldado tras romperse. Aquella nariz suya, afilada y torcida, era un buen recordatorio de lo violento que podía llegar a ser el mundo. ¿Cómo iba alguien a cuestionar al ancestro Ralexion, que había creído en la paz? Desde luego, el camino que había elegido hacia la pacificación total de Oonindo no era el más popular, pero...
—Quizás este guerrero tenía razón. ¿Qué otro modo habría de lograr la paz? —y, rápidamente, añadió—. Y me refiero a una paz de verdad, duradera... Sin tensiones diplomáticas ni señores pagando grandes sumas de dinero por liquidar al vecino.
Akame no pudo evitar torcer los labios en una mueca escéptica.
—¿Por qué te hiciste ninja, entonces? —la pregunta le salió casi de forma automática—. Si no quieres trabajo y sangre, en esta profesión hay para aburrir. La vida de un shinobi no se caracteriza por ser precisamente tranquila... O larga.
Entonces el Uchiha calló. Sacó la mano derecha de debajo del agua para rascarse la nariz, que había empezado a picarle con intensidad. Notó los cartílagos deformados de su tabique nasal allí donde habían soldado tras romperse. Aquella nariz suya, afilada y torcida, era un buen recordatorio de lo violento que podía llegar a ser el mundo. ¿Cómo iba alguien a cuestionar al ancestro Ralexion, que había creído en la paz? Desde luego, el camino que había elegido hacia la pacificación total de Oonindo no era el más popular, pero...
—Quizás este guerrero tenía razón. ¿Qué otro modo habría de lograr la paz? —y, rápidamente, añadió—. Y me refiero a una paz de verdad, duradera... Sin tensiones diplomáticas ni señores pagando grandes sumas de dinero por liquidar al vecino.