26/04/2017, 23:24
La burla de su congénere se le clavó en el orgullo como una fina pero letal daga. Quiso dejarlo pasar, trató de no verse afectado con todas sus fuerzas, pero la adolescencia es muy jodida. Apretó los dientes, tensó los músculos, cerró los ojos con potencia, sus párpados temblando.
Finalmente se alzó de golpe, perturbando el agua y salpicando en todas direcciones. Tenía el puño derecho alzado y apretado. Miraba a Akame con semblante iracundo pero también nervioso.
—¡¿Quieres pelea o qué?! —vociferó atropelladamente.
—¡Mis queridos clientes! No, qué digo, ¡señores clientes, hihihi! —les saludó—. ¿Están disfrutando de las termas? ¿Todo está de su agrado? —añadió, con una reverencia tan torpe que habría hecho enrojecer hasta a una prostituta novicia.
Con actitud sorprendida, Ralexion giró el rostro. La inesperada interrupción del dueño de las termas lo tomó con la guardia baja. Rojo como un tomate, volvió a sentarse en el baño.
—S-sí, la verdad es que está mucho mejor de lo que esperaba...
Finalmente se alzó de golpe, perturbando el agua y salpicando en todas direcciones. Tenía el puño derecho alzado y apretado. Miraba a Akame con semblante iracundo pero también nervioso.
—¡¿Quieres pelea o qué?! —vociferó atropelladamente.
—¡Mis queridos clientes! No, qué digo, ¡señores clientes, hihihi! —les saludó—. ¿Están disfrutando de las termas? ¿Todo está de su agrado? —añadió, con una reverencia tan torpe que habría hecho enrojecer hasta a una prostituta novicia.
Con actitud sorprendida, Ralexion giró el rostro. La inesperada interrupción del dueño de las termas lo tomó con la guardia baja. Rojo como un tomate, volvió a sentarse en el baño.
—S-sí, la verdad es que está mucho mejor de lo que esperaba...