26/04/2017, 23:58
—No te aconsejo que hagas eso, Ralexion-kun —Akame hablaba despacio, tranquilamente, mas no sonreía—. Este es un enfrentamiento que jamás podrías ganar. No sin tu Sharingan.
—Ni ti aconsiji qui higuis eso, Ralexion-kun. Isti is in infrintimienti qui jimis pidrias guinir sin ti Shiringuin blebleble —sacó burla a las palabras de Akame, gesticulando de manera cómicamente exagerada— ¡Te demostraré que soy un Uchiha, Sharingan o no Sharingan!
Entonces los interrumpió Shigeru, y Ralexion se vio obligado a tragarse sus palabras. Por el momento.
—Ah, sí, entiendo por qué lo dice. Este edificio está hecho un desastre, ¿verdad? —se dirigió a Ralexion, clavando sus ojos oscuros en el muchacho.
El moreno asintió.
Prestó la totalidad de sus oídos a la narración del desfigurado, una historia cruel de desgracia personificada en la forma de su hermano y rival, el cual no parecía dispuesto a dejarlo en paz hasta que uno de los dos se retirara del negocio -o de la vida-. La mandíbula del Uchiha se desplegó, indignado.
—¡P-pero eso es horrible! —observó— El caso es que no podemos ir por ahí haciendo lo que nos de la gana, podríamos de tener problemas con el gobierno de esta aldea, o de la nuestra. ¿Qué quiere que hagamos?
Se cruzó de brazos. Simpatizaba con la terrible situación de Shigeru, pero era consciente de que ciertos comportamientos podrían meterle en problemas tan titánicos como innecesarios. ¿Y en tal caso, qué diría su madre...? Le daba miedo considerarlo.
—Ni ti aconsiji qui higuis eso, Ralexion-kun. Isti is in infrintimienti qui jimis pidrias guinir sin ti Shiringuin blebleble —sacó burla a las palabras de Akame, gesticulando de manera cómicamente exagerada— ¡Te demostraré que soy un Uchiha, Sharingan o no Sharingan!
Entonces los interrumpió Shigeru, y Ralexion se vio obligado a tragarse sus palabras. Por el momento.
—Ah, sí, entiendo por qué lo dice. Este edificio está hecho un desastre, ¿verdad? —se dirigió a Ralexion, clavando sus ojos oscuros en el muchacho.
El moreno asintió.
Prestó la totalidad de sus oídos a la narración del desfigurado, una historia cruel de desgracia personificada en la forma de su hermano y rival, el cual no parecía dispuesto a dejarlo en paz hasta que uno de los dos se retirara del negocio -o de la vida-. La mandíbula del Uchiha se desplegó, indignado.
—¡P-pero eso es horrible! —observó— El caso es que no podemos ir por ahí haciendo lo que nos de la gana, podríamos de tener problemas con el gobierno de esta aldea, o de la nuestra. ¿Qué quiere que hagamos?
Se cruzó de brazos. Simpatizaba con la terrible situación de Shigeru, pero era consciente de que ciertos comportamientos podrían meterle en problemas tan titánicos como innecesarios. ¿Y en tal caso, qué diría su madre...? Le daba miedo considerarlo.