20/06/2015, 18:35
(Última modificación: 21/06/2015, 15:55 por Hanamura Kazuma.)
La cadena se eventos que determinaría el fluir del combate, se había puesto en marcha para ambos jóvenes.
El hombro de la chica había sido alcanzado por el arma arrojada, mas sin embargo aquello no la amedrento. Ya que rápidamente tomo el kunai enemigo a la ves que mantenía sus ojos carmesí fijos en su oponente. Un instante después mientras que el Ishimura caía hacia ella, un nuevo relámpago se manifestó, y aprovechando aquello la pelinegro utilizo la misma técnica segadora que había sido aplicada en ella anteriormente.
«Maldición» —pensó él, luego de que un cumulo de barro se estrellara contra su rostro.
Lo siguiente que supo fue que le habían tomado por el brazo y le había estampado contra el suelo, tal como si le hubiesen aplicado un movimiento de judo. Pero aquello no fue todo, ya que mientras estaba tirado, pudo sentir como el suelo bajo su espalda desaparecía, dejándole caer en lo que parecía ser un abismo sin fondo. Todo mientras que en su mente el miedo y la confusión se agitaban con fuerza, principalmente por que todo estaba pasando muy rápido y el aun estaba segado.
De repente, luego de lo que parecía ser una caída eterna —cual la de Alicia en el túnel del conejo—, toco fondo. Mejor dicho llego a lo que parecía ser un gran poso. En aquel momento casi se ahoga, pues eran aguas muy frías y profundas. Sin embargo su instinto le guío a nadar hasta la superficie.
Cuando pudo emerger, lo único que encontró fue una oscuridad sobrecogedora. Sus alrededores eran apenas visibles y la tenue luz que había provenía de los ocasionales relámpagos que se asomaban por la cima del hueco por donde había caído.
—Joder, ahora si la he armado grande —mascullo mientras hacia un esfuerzo por nadar hacia lo que entre sombras parecía una orilla.
Habiendo llegado a un lugar medianamente firme —ya que la orilla estaba llena de lodo y rocas resbalosas—, se decidió por asegurarse de no estar herido, y luego procedió a verificar que aun portaba consigo su espada.
—Me pregunto que habrá pasado con la chica de Ame. —se pregunto a si mismo mientras trataba de distinguir alguna figura en aquella oscuridad.
El hombro de la chica había sido alcanzado por el arma arrojada, mas sin embargo aquello no la amedrento. Ya que rápidamente tomo el kunai enemigo a la ves que mantenía sus ojos carmesí fijos en su oponente. Un instante después mientras que el Ishimura caía hacia ella, un nuevo relámpago se manifestó, y aprovechando aquello la pelinegro utilizo la misma técnica segadora que había sido aplicada en ella anteriormente.
«Maldición» —pensó él, luego de que un cumulo de barro se estrellara contra su rostro.
Lo siguiente que supo fue que le habían tomado por el brazo y le había estampado contra el suelo, tal como si le hubiesen aplicado un movimiento de judo. Pero aquello no fue todo, ya que mientras estaba tirado, pudo sentir como el suelo bajo su espalda desaparecía, dejándole caer en lo que parecía ser un abismo sin fondo. Todo mientras que en su mente el miedo y la confusión se agitaban con fuerza, principalmente por que todo estaba pasando muy rápido y el aun estaba segado.
De repente, luego de lo que parecía ser una caída eterna —cual la de Alicia en el túnel del conejo—, toco fondo. Mejor dicho llego a lo que parecía ser un gran poso. En aquel momento casi se ahoga, pues eran aguas muy frías y profundas. Sin embargo su instinto le guío a nadar hasta la superficie.
Cuando pudo emerger, lo único que encontró fue una oscuridad sobrecogedora. Sus alrededores eran apenas visibles y la tenue luz que había provenía de los ocasionales relámpagos que se asomaban por la cima del hueco por donde había caído.
—Joder, ahora si la he armado grande —mascullo mientras hacia un esfuerzo por nadar hacia lo que entre sombras parecía una orilla.
Habiendo llegado a un lugar medianamente firme —ya que la orilla estaba llena de lodo y rocas resbalosas—, se decidió por asegurarse de no estar herido, y luego procedió a verificar que aun portaba consigo su espada.
—Me pregunto que habrá pasado con la chica de Ame. —se pregunto a si mismo mientras trataba de distinguir alguna figura en aquella oscuridad.