29/04/2017, 01:03
(Última modificación: 29/04/2017, 01:12 por Uchiha Datsue.)
El ninjato del Demonio Blanco redujo a la nada el cuerpo falso de la mujer. Pero no se quedó ahí, pues para algo había flexionado una rodilla y extendido la otra. Su torso se giró, siguiendo la inercia del letal corte, esperando encontrarse con un ataque sorpresivo de la verdadera mujer y reducirla a ella también a la nada más absoluta…
… Para su decepción, no fue así.
Sintió los pies pegados al suelo y, de pronto, el pequeño mundo que pisaba se vino abajo. Ahora se encontraba más cerca del Yomi, cuyas puertas abiertas esperaban ansiosas a recibir un nuevo invitado. En lo alto, Amateratsu abría sus fauces.
Él las abrió también, y rio y rugió y volvió a reír, lleno de júbilo. Una gota del vómito de Amateratsu cayó en su oreja. Sintió el calor. El dulce y excitante dolor. Pero aquello le molestó. ¿Cómo osaba el vómito de Amateratsu compararse con el fuego de Kagutsuchi? El mismo fuego que había castrado y matado a su propia madre Izanami. El mismo fuego que había llevado la muerte al mundo, y que ahora corría por sus venas.
Su brazo se estiró como un relámpago, furioso por semejante blasfemia. El ninjato cortó el cielo rojizo en dos, proporcionándole una abertura por un segundo. No necesitaba más. En menos tiempo había ahorcado a un hombre de sus propios intestinos.
Sus piernas se vieron impulsadas por el amor de Izanami. Un amor que tan solo le pedía una cosa: compañía. Y el Demonio Blanco estaba deseando proporcionársela.
Salió por la abertura en apenas un parpadeo, clavó los pies desnudos en la caliente tierra y dio un salto hacia atrás. Tenía la visión reducida, pero siguió con la mirada el hilo negro atado a su meñique izquierdo, que le condujo hacia la mujer, al otro lado del agujero. Y parecía estar sufriendo mucho… Como si le acabasen de arrancar un brazo.
—¿Qué te ocurre? —preguntó, con voz gutural pero femenina—. ¿Pensabas que el fuego podría quemarme? ¡Es un INSULTO!
Quiso apuntarle con el ninjato, pero entonces reparó en algo. Un pequeño e insignificante detalle, que provocó un destello todavía más maligno si cabe en sus ojos color violeta. No por el brazo, que no estaba, o por el muñón calcinado que se encontraba en su lugar. Sino porque la tierra candente había cicatrizado la herida, y no sangraba a borbotones como debería. ¿Qué clase de loco, de desquiciado mental, segaba un brazo a alguien sin hacerle sangrar? ¿Dónde estaba la gracia a aquello?
Tendría que enseñarle a aquella mujer lo que era una broma de verdad.
… Para su decepción, no fue así.
Sintió los pies pegados al suelo y, de pronto, el pequeño mundo que pisaba se vino abajo. Ahora se encontraba más cerca del Yomi, cuyas puertas abiertas esperaban ansiosas a recibir un nuevo invitado. En lo alto, Amateratsu abría sus fauces.
Él las abrió también, y rio y rugió y volvió a reír, lleno de júbilo. Una gota del vómito de Amateratsu cayó en su oreja. Sintió el calor. El dulce y excitante dolor. Pero aquello le molestó. ¿Cómo osaba el vómito de Amateratsu compararse con el fuego de Kagutsuchi? El mismo fuego que había castrado y matado a su propia madre Izanami. El mismo fuego que había llevado la muerte al mundo, y que ahora corría por sus venas.
Su brazo se estiró como un relámpago, furioso por semejante blasfemia. El ninjato cortó el cielo rojizo en dos, proporcionándole una abertura por un segundo. No necesitaba más. En menos tiempo había ahorcado a un hombre de sus propios intestinos.
Sus piernas se vieron impulsadas por el amor de Izanami. Un amor que tan solo le pedía una cosa: compañía. Y el Demonio Blanco estaba deseando proporcionársela.
Salió por la abertura en apenas un parpadeo, clavó los pies desnudos en la caliente tierra y dio un salto hacia atrás. Tenía la visión reducida, pero siguió con la mirada el hilo negro atado a su meñique izquierdo, que le condujo hacia la mujer, al otro lado del agujero. Y parecía estar sufriendo mucho… Como si le acabasen de arrancar un brazo.
—¿Qué te ocurre? —preguntó, con voz gutural pero femenina—. ¿Pensabas que el fuego podría quemarme? ¡Es un INSULTO!
Quiso apuntarle con el ninjato, pero entonces reparó en algo. Un pequeño e insignificante detalle, que provocó un destello todavía más maligno si cabe en sus ojos color violeta. No por el brazo, que no estaba, o por el muñón calcinado que se encontraba en su lugar. Sino porque la tierra candente había cicatrizado la herida, y no sangraba a borbotones como debería. ¿Qué clase de loco, de desquiciado mental, segaba un brazo a alguien sin hacerle sangrar? ¿Dónde estaba la gracia a aquello?
Tendría que enseñarle a aquella mujer lo que era una broma de verdad.
Demonio Blanco
–
–
- 1 Ninjato (perdida en la lava)
- Ōkunai (sellado en la palma derecha, ahora perdido, junto con el brazo)
- 10 Shuriken (5 sellados en la mano izquierda, los otros perdidos junto con la mano derecha)
- 1 Ono (sellada en la cadera, parte derecha)
- 2 Paquete de 5 senbon (sellado en el cuello, parte izquierda y derecha)
AO anterior revelada:
2 AOs del primer turno del Demonio Blanco revelados
Explicación: Según la descripción del Chikara no Nagare, la técnica permite lanzar ondas de chakra capaces de atravesar y desestabilizar técnicas de ninjutsu de cualquier tipo. No es que sea específicamente un ninjutsu,
pero lo uso para crear una corriente momentánea que separe la lava en dos por unos instantes, además de cortar el pergamino, y saltar por esa abertura generada. Como la lava estaba cayendo en esos instantes, interpreto que al crear el movimiento del tajo y elevar el brazo, la lava me lo abrasa y devora, literalmente, a la vez que parte del rostro inclinado a ese lado.
170/390
-200
–59/300
-48
– -60
–-15
– [cirlce=red]-108[/circle]- 1 Ninjato (perdida en la lava)
- Ōkunai (sellado en la palma derecha, ahora perdido, junto con el brazo)
- 10 Shuriken (5 sellados en la mano izquierda, los otros perdidos junto con la mano derecha)
- 1 Ono (sellada en la cadera, parte derecha)
- 2 Paquete de 5 senbon (sellado en el cuello, parte izquierda y derecha)
AO anterior revelada:
2 AOs del primer turno del Demonio Blanco revelados
Explicación: Según la descripción del Chikara no Nagare, la técnica permite lanzar ondas de chakra capaces de atravesar y desestabilizar técnicas de ninjutsu de cualquier tipo. No es que sea específicamente un ninjutsu,
pero lo uso para crear una corriente momentánea que separe la lava en dos por unos instantes, además de cortar el pergamino, y saltar por esa abertura generada. Como la lava estaba cayendo en esos instantes, interpreto que al crear el movimiento del tajo y elevar el brazo, la lava me lo abrasa y devora, literalmente, a la vez que parte del rostro inclinado a ese lado.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado