29/04/2017, 19:34
¿Para qué iba a quedarse si ninguno de los dos iba a saber indicarle cómo llegar a la aldea? Es decir, su compatriota básicamente le dijo que no sabía y luego el otro tenía una bandana de Amegakure, era imposible que supiera. ~A no ser que sea como el del parche, tal vez sí sabía dónde estaba Kusa. ~Se planteó en un instante en que se frenó en seco solo para mirar por encima de su hombro a aquel extranjero.
Pero no podía ser posible, el jounin de su aldea lo había dejado libre, no podía saber la ubicación exacta, además que seguramente algo hubiese pasado, un ataque o similar cuando Kusa menos se lo esperase pero que va, eso no ocurrió y no había nada que indicase lo contrario.
Mientras la pelirroja se alejaba, la de cabellos plateados se interpuso en su camino y tal gesto hizo que Ritsuko casi gruñera con el ceño notablemente fruncido, pero la expresión de desagrado le habría durado un instante tal vez, después de todo la chica se había tomado las molestias de devolver la máscara que se había quedado detrás luego de la rabieta.
—Ah… Gracias… —Dijo entrecortada mostrándose algo más ‘apenada’ por sus reacciones.
No los trataba bien y aun así la chica se tomaba ciertas molestias, aunque no iba a estarles pidiendo disculpas ni similares, en su lugar Ritsuko simplemente tomó la máscara y ya no tenía mucho más motivo para quedarse salvo por otra nota por parte de la peli-plateada.
—¿Eres muda? —Soltó sin ningún tacto casi que ignorando completamente la nota.
~Y no estoy desesperada, solo enojada. ~Pensó esperando alguna respuesta por parte de la contraria aunque al final las interrumpió una vez más el sujeto del paraguas, afirmando que debería ser capaz de ayudarlas o al menos a Ritsuko que era quién estaba perdida en realidad.
—Ritsuko, con saber en qué dirección ir para llegar al país del bosque me conformo. —Fue la respuesta que le dio al chico, con un tono neutral.
Pero antes de que el muchacho tuviese alguna chance de responder algo, el viento comenzó a soplar con más fuerza y algunos pocos copos de nieve comenzaron a descender del cielo. En palabras sencillas, se acercaba una tormenta y con lo helado del viento la pelirroja ya tenía motivos de sobra para irse.
—Mejor hablemos en la posada... —Sugirió abrazándose a sí misma por causa del frío.
Pero no podía ser posible, el jounin de su aldea lo había dejado libre, no podía saber la ubicación exacta, además que seguramente algo hubiese pasado, un ataque o similar cuando Kusa menos se lo esperase pero que va, eso no ocurrió y no había nada que indicase lo contrario.
Mientras la pelirroja se alejaba, la de cabellos plateados se interpuso en su camino y tal gesto hizo que Ritsuko casi gruñera con el ceño notablemente fruncido, pero la expresión de desagrado le habría durado un instante tal vez, después de todo la chica se había tomado las molestias de devolver la máscara que se había quedado detrás luego de la rabieta.
—Ah… Gracias… —Dijo entrecortada mostrándose algo más ‘apenada’ por sus reacciones.
No los trataba bien y aun así la chica se tomaba ciertas molestias, aunque no iba a estarles pidiendo disculpas ni similares, en su lugar Ritsuko simplemente tomó la máscara y ya no tenía mucho más motivo para quedarse salvo por otra nota por parte de la peli-plateada.
—¿Eres muda? —Soltó sin ningún tacto casi que ignorando completamente la nota.
~Y no estoy desesperada, solo enojada. ~Pensó esperando alguna respuesta por parte de la contraria aunque al final las interrumpió una vez más el sujeto del paraguas, afirmando que debería ser capaz de ayudarlas o al menos a Ritsuko que era quién estaba perdida en realidad.
—Ritsuko, con saber en qué dirección ir para llegar al país del bosque me conformo. —Fue la respuesta que le dio al chico, con un tono neutral.
Pero antes de que el muchacho tuviese alguna chance de responder algo, el viento comenzó a soplar con más fuerza y algunos pocos copos de nieve comenzaron a descender del cielo. En palabras sencillas, se acercaba una tormenta y con lo helado del viento la pelirroja ya tenía motivos de sobra para irse.
—Mejor hablemos en la posada... —Sugirió abrazándose a sí misma por causa del frío.