30/04/2017, 14:34
Ahora mismo sentía que la situación estaba totalmente fuera de su control, hasta hacía unos instantes se encontraba en un camino bien delimitado y de camino a Taikarune... ahora en mitad de uno de esos infinitos campos de trigo, sin un horizonte definido o cualquier otro punto de referencia que le diese una pista de que camino debía seguir.
Resopló agobiada "Todo me parece igual..." mirase donde mirase, aquello parecía no tener fin "Bueno, lo único que tengo seguro es que si me quedo quieta no saldré de donde quiera que este" sin pensarlo más, dio un paso al frente y comenzó a caminar en línea recta, justo por donde se había escabullidos el pequeño reptil.
Avanzaba con ambos brazos por delante, para poder ir apartando las plantas de cereales y poder al menos ver donde pisaba, no quería meter el pie en alguna irregularidad del terreno y doblarse un tobillo encima.
Los minutos pasaron y se convirtieron en más de una hora o al menos eso es lo que a Izumi le había parecido, por mucho que andase nada parecía cambiar a su alrededor. El horizonte seguía tan lejano y enigmático como el principio, además de que no era capaz de afirmar si se había movido en linea recta o círculos. Estaba totalmente desorientada
—¡Maldita sea!— gritó frustrada —¡¿Dónde coño estoy?!— se llevó ambas manos a la cabeza en un gesto de total desesperación
Su respuesta fue el silencio total, solo roto a veces por el sonido de las plantas de cereal moviéndose al suave compás del viento.
"Está bien, está bien" trato de serenarse "Si no he avanzado caminado hacia delante, lo intentaré hacia atrás" la joven se dio la vuelta y nada más dar el primer paso, notó que bajo su pie no había nada. Instintivamente miró hacia abajo a la vez que trataba de retener el cuerpo, había un enorme agujero en el suelo cuyo fondo se perdía entre las sombras.
Finalmente perdió el equilibrio, precipitándose hacia su oscuro interio. Trató de agarrarse al borde, pero sus dedos resbalaron en la húmeda tierra.
"¿Se acabó?" fue lo único que le dio tiempo a pensar antes de que notase como caía sobre una especie de tobogán natural de tierra —Ahhhh— gritó mientras descendía a toda velocidad hacia dios sabe dónde, sin embargo de momento había esquivado la muerte.
El tobogán acabó abruptamente, sus pies se clavaron en la tierra lo que hizo que diese una voltereta hacia adelante y terminará pegando un duro espaldarazo contra el suelo.
Izumi quedó tendida en medio de una total oscuridad, respirando frenéticamente, cada exhalación hacia que su espalda le quemara de dolor. Su instinto le decía que debía levantarse, pero su cuerpo pedía a gritos un minuto de descanso. Todo había pasado demasiado rápido, ni siquiera era capaz encadenar pensamientos coherentes en su mente. Respiraba tan aceleradamente, que casi se asfixiaba.
Poco a poco, fue recuperando el control sobre su respiración y comenzó a intentar serenarse con largas y profundas bocanadas de aire que luego soltaba lentamente. La espalda seguía oliéndole, pero no creía que fuese nada más allá del fuerte golpe que había recibido
"Casi me mato..." fue lo único que alcanzó a discernir por aquel momento, y solo sabía que estaba viva por el dolor... y por el dolor sabía que aquello no era en sueño.
Izumi quedó allí tendida, en plena oscuridad, sin saber muy bien que haría. Por el momento solo quería reponerse de aquel susto.
Resopló agobiada "Todo me parece igual..." mirase donde mirase, aquello parecía no tener fin "Bueno, lo único que tengo seguro es que si me quedo quieta no saldré de donde quiera que este" sin pensarlo más, dio un paso al frente y comenzó a caminar en línea recta, justo por donde se había escabullidos el pequeño reptil.
Avanzaba con ambos brazos por delante, para poder ir apartando las plantas de cereales y poder al menos ver donde pisaba, no quería meter el pie en alguna irregularidad del terreno y doblarse un tobillo encima.
Los minutos pasaron y se convirtieron en más de una hora o al menos eso es lo que a Izumi le había parecido, por mucho que andase nada parecía cambiar a su alrededor. El horizonte seguía tan lejano y enigmático como el principio, además de que no era capaz de afirmar si se había movido en linea recta o círculos. Estaba totalmente desorientada
—¡Maldita sea!— gritó frustrada —¡¿Dónde coño estoy?!— se llevó ambas manos a la cabeza en un gesto de total desesperación
Su respuesta fue el silencio total, solo roto a veces por el sonido de las plantas de cereal moviéndose al suave compás del viento.
"Está bien, está bien" trato de serenarse "Si no he avanzado caminado hacia delante, lo intentaré hacia atrás" la joven se dio la vuelta y nada más dar el primer paso, notó que bajo su pie no había nada. Instintivamente miró hacia abajo a la vez que trataba de retener el cuerpo, había un enorme agujero en el suelo cuyo fondo se perdía entre las sombras.
Finalmente perdió el equilibrio, precipitándose hacia su oscuro interio. Trató de agarrarse al borde, pero sus dedos resbalaron en la húmeda tierra.
"¿Se acabó?" fue lo único que le dio tiempo a pensar antes de que notase como caía sobre una especie de tobogán natural de tierra —Ahhhh— gritó mientras descendía a toda velocidad hacia dios sabe dónde, sin embargo de momento había esquivado la muerte.
El tobogán acabó abruptamente, sus pies se clavaron en la tierra lo que hizo que diese una voltereta hacia adelante y terminará pegando un duro espaldarazo contra el suelo.
Izumi quedó tendida en medio de una total oscuridad, respirando frenéticamente, cada exhalación hacia que su espalda le quemara de dolor. Su instinto le decía que debía levantarse, pero su cuerpo pedía a gritos un minuto de descanso. Todo había pasado demasiado rápido, ni siquiera era capaz encadenar pensamientos coherentes en su mente. Respiraba tan aceleradamente, que casi se asfixiaba.
Poco a poco, fue recuperando el control sobre su respiración y comenzó a intentar serenarse con largas y profundas bocanadas de aire que luego soltaba lentamente. La espalda seguía oliéndole, pero no creía que fuese nada más allá del fuerte golpe que había recibido
"Casi me mato..." fue lo único que alcanzó a discernir por aquel momento, y solo sabía que estaba viva por el dolor... y por el dolor sabía que aquello no era en sueño.
Izumi quedó allí tendida, en plena oscuridad, sin saber muy bien que haría. Por el momento solo quería reponerse de aquel susto.