30/04/2017, 17:48
La chica contuvo el grito, y pese a que todo el almacén comenzó a convertirse en un bullicio de ratas gritando, mordiendo y corriendo a diestro y siniestro, mantuvo la calma. Se centró en su objetivo, y pasó entre roedores como quien pasea por su casa, haciendo caso omiso a éstos. En mas de una ocasión tuvieron la oportunidad de volver a morder, pero no lo hicieron, quizás por miedo, o meramente porque las alocadas ni se darían cuenta entre el pánico que las sacudía.
Finalmente, tras un par de viajes, quizás tres, la chica consiguió bastante suministro como para rellenar al menos una estantería. Conforme, comenzó un trasvase para salir del almacén con ayuda de una lata, y tras acabar, quitó ésta de la puerta y cerró. Pronto, comenzaría el trasvase hasta el final del pasillo, y a mucho mas no tardar, hacia la parte de abajo de las escaleras.
En el primer viaje, hacia la parte inferior de la escalera, la estirada mujer se acercó desde su flanco izquierdo. Ésta se encontraba con un buen taco de hojas, que estaban firmemente afianzadas por un entablillado. Alzó las primera hojas, y leyó para si misma algunos datos, dejó caer éstas hojas, y fue entonces que interrumpió la actividad de la chica.
—Chica, estará teniendo sumo cuidado con que ninguno de esos diablos con garras salga de esa habitación, ¿verdad? —Preguntó sin mesura, preocupada por el caos que éstos podrían causar abajo.
Finalmente, tras un par de viajes, quizás tres, la chica consiguió bastante suministro como para rellenar al menos una estantería. Conforme, comenzó un trasvase para salir del almacén con ayuda de una lata, y tras acabar, quitó ésta de la puerta y cerró. Pronto, comenzaría el trasvase hasta el final del pasillo, y a mucho mas no tardar, hacia la parte de abajo de las escaleras.
En el primer viaje, hacia la parte inferior de la escalera, la estirada mujer se acercó desde su flanco izquierdo. Ésta se encontraba con un buen taco de hojas, que estaban firmemente afianzadas por un entablillado. Alzó las primera hojas, y leyó para si misma algunos datos, dejó caer éstas hojas, y fue entonces que interrumpió la actividad de la chica.
—Chica, estará teniendo sumo cuidado con que ninguno de esos diablos con garras salga de esa habitación, ¿verdad? —Preguntó sin mesura, preocupada por el caos que éstos podrían causar abajo.