1/05/2017, 20:27
La chica abrió la puerta, y en cuanto atravesó el umbral de ésta, vería el panorama. Había un montón de ratas correteando de un lado a otro, en completo y absoluto caos. Otro gran grupo de ratas se deleitaban mordiendo los estantes del fondo con saña, arrancando todo lo que podían y volviendo a morder, reculando y moviéndose tanto como podían con tal de tirarlo abajo. Tanto era así, que antes de que la chica siquiera llegase a cerrar la puerta, uno de estos pales caería al suelo a peso de plomo.
¡Booom!
Parecía que había caído una bomba en mitad del arrozal, pero no, había sido tan solo un pale.
Una polvareda tremenda se alzó alrededor del estruendoso palé, desde el cuál las ratas circundantes salieron corriendo despavoridas. Algunas se arrojaron hacia los laterales de la sala, mientras que un grupo de al menos 20 roedores se arrojó en dirección a la chica. De éstas, al menos un par de ellas mordieron, eufóricas y presas del miedo. Evidentemente, no fueron a quedarse quietas, todas y cada una siguieron corriendo de un lado a otro, como almas que lleva el diablo.
Varios productos de limpieza quedaron repartidos por el suelo al "reventar" el palé contra el suelo, así como numerosos utiles de cocina, como ralladores y espátulas. Papel higiénico, y tras cosas que, ciertamente aún faltaban para rellenas la última de las estanterías.
¡Booom!
Parecía que había caído una bomba en mitad del arrozal, pero no, había sido tan solo un pale.
Una polvareda tremenda se alzó alrededor del estruendoso palé, desde el cuál las ratas circundantes salieron corriendo despavoridas. Algunas se arrojaron hacia los laterales de la sala, mientras que un grupo de al menos 20 roedores se arrojó en dirección a la chica. De éstas, al menos un par de ellas mordieron, eufóricas y presas del miedo. Evidentemente, no fueron a quedarse quietas, todas y cada una siguieron corriendo de un lado a otro, como almas que lleva el diablo.
Varios productos de limpieza quedaron repartidos por el suelo al "reventar" el palé contra el suelo, así como numerosos utiles de cocina, como ralladores y espátulas. Papel higiénico, y tras cosas que, ciertamente aún faltaban para rellenas la última de las estanterías.