3/05/2017, 15:45
No paso mucho más tiempo para confirmar un primer dato sobre la kunoichi de pelo plateado, efectivamente era muda, y a causa de ello hacía notas con una excelente caligrafía para comunicarse con la gente. Por otro lado, la chica de pelo rojo se presentaría con el nombre de Ritsuko, así sin más, no había apellido.
¿Sería correcto asumir que no tiene familia?
Se preguntó el joven médico de Amegakure, mientras la muda redactaba una nota que no demoraría mucho más en estar finalizada.
Kikazura Taeko, nuevamente en impecable caligrafía. Al ver la reverencia de la joven no pudo evitar realizar un movimiento espejado e imitarla.
El gusto es mío, Kikazura-san.
Posiblemente en aquel momento, Ritsuko vería una representación bastante exacta de un manual de etiqueta, solo que en vez de ser dos dibujos en tinta eran dos personas que se acaban de conocer y atendían a las formas. Fue entonces que sintió algo tocándole la cara, copos de nieve, sumado a eso el viento cada vez más fuerte empezaba a atentar contra su peinado.
Si, seguidme por favor. No debemos perder mucho tiempo, la tormenta parece estar cerca.
Pronunció el chico de cabello azabache, contestando a Taeko, para luego dirigir sus pasos en la dirección adecuada para llevar al grupo a un mejor lugar, con su mano libre no pudo evitar atender su tic y acomodarse el pelo, quizás esa vez si tenía que hacerlo.
Ritsuko precisaba tan solo instrucciones para volver al País del Bosque, no tenía ninguna información sobre los objetivos de la muda, pero parecía que iban a ser compañeros de aventuras por un rato.
¿Sería correcto asumir que no tiene familia?
Se preguntó el joven médico de Amegakure, mientras la muda redactaba una nota que no demoraría mucho más en estar finalizada.
Kikazura Taeko, nuevamente en impecable caligrafía. Al ver la reverencia de la joven no pudo evitar realizar un movimiento espejado e imitarla.
El gusto es mío, Kikazura-san.
Posiblemente en aquel momento, Ritsuko vería una representación bastante exacta de un manual de etiqueta, solo que en vez de ser dos dibujos en tinta eran dos personas que se acaban de conocer y atendían a las formas. Fue entonces que sintió algo tocándole la cara, copos de nieve, sumado a eso el viento cada vez más fuerte empezaba a atentar contra su peinado.
Si, seguidme por favor. No debemos perder mucho tiempo, la tormenta parece estar cerca.
Pronunció el chico de cabello azabache, contestando a Taeko, para luego dirigir sus pasos en la dirección adecuada para llevar al grupo a un mejor lugar, con su mano libre no pudo evitar atender su tic y acomodarse el pelo, quizás esa vez si tenía que hacerlo.
Ritsuko precisaba tan solo instrucciones para volver al País del Bosque, no tenía ninguna información sobre los objetivos de la muda, pero parecía que iban a ser compañeros de aventuras por un rato.
Hablo - Pienso