6/05/2017, 21:12
Lo había sospechado desde que le había enviado el primer mensaje escrito, pero cuando Taeko asintió, a Ayame se le encogió el corazón. No parecía molesta con la pregunta, ni siquiera parecía sentir pena por su condición a juzgar por la sonrisa afable que curvaba sus labios, pero Ayame se revolvía por dentro simplemente de pensar en lo triste que debía de ser no tener voz y no poder comunicarse con otras personas fuera de gestos y anotaciones.
—¡No, no! ¡No es ninguna molestia, de verdad! —exclamó Ayame, que había alzado ambas manos y ahora las agitaba con nerviosismo en el aire—. Simplemente no quería incomodarte u ofenderte con la pregunta...
Sonrió con amabilidad, y entonces volvió a señalar sus instrumentos con un gesto de cabeza.
—Y, de entre todos los lugares, ¿qué te ha traído a practicar el shodō precisamente aquí, Taeko-san?
En realidad se encontraban en el límite entre los tres países principales de Ōnindo pero, y aunque Ayame no conocía la ubicación exacta de Kusagakure, si estaba tan lejos como Amegakure; desde luego Taeko había hecho un largo viaje sólo para desarrollar su hobby, aparentemente.
«Así es, no puedo hablar. ¡Espero no te incomode! ✿
Soy así de nacimiento. Ya me acostumbré ja ja»
Soy así de nacimiento. Ya me acostumbré ja ja»
—¡No, no! ¡No es ninguna molestia, de verdad! —exclamó Ayame, que había alzado ambas manos y ahora las agitaba con nerviosismo en el aire—. Simplemente no quería incomodarte u ofenderte con la pregunta...
Sonrió con amabilidad, y entonces volvió a señalar sus instrumentos con un gesto de cabeza.
—Y, de entre todos los lugares, ¿qué te ha traído a practicar el shodō precisamente aquí, Taeko-san?
En realidad se encontraban en el límite entre los tres países principales de Ōnindo pero, y aunque Ayame no conocía la ubicación exacta de Kusagakure, si estaba tan lejos como Amegakure; desde luego Taeko había hecho un largo viaje sólo para desarrollar su hobby, aparentemente.