10/05/2017, 22:47
Sintió un gran alivio cuando vio a la otra joven levantarse sin más problemas que el golpe, no le hubiera gustado nada haber hecho daño a una compañera durante un entrenamiento rutinario solo por no saber controlarse. Suspiró aliviada mientras se incorporaba lentamente sobre su trasero, hasta quedar sentada en el suelo.
—Menudo porrazo— comentó la joven con una sonrisa mientras se sacudía las manos antes de incorporarse totalmente —Hay...— se quejó mientras se crujía los hombros y la espalda con un movimiento extensivo de los mismo, el sonido casi que fue plenamente audible o eso le pareció a la pelirosa —Bueno...— se giró para observar como se encontraba Taeko, que por su postura indicaba que ansiosa por continuar con aquello —Un momento— se acercó lentamente hasta donde estaba su bokken, el cual recuperó del suelo sin ninguna dificultad ayudándose de su pie. Con la punta bajo la hoja, para después lanzarlo hacia arriba y cogerlo con su mano izquierda
—Ahora sí— volvió sobre sus pasos hasta volver a quedar frente a la peliplateada, adoptando de nuevo la posición anterior de combate —Esta vez tendré más cuidado, no sé que clase de truco usaste pero me diste con uno de tus shurikens en la espalda— informó la joven justo cuando terminó de ocultar el filo de su bokken tras su fina figura —¿Preparada?— espero un instante a que su oponente tuviese tiempo de prepararse y se lanzó a la carrera, directa, sin más engaños. No habían funcionado, ahora tocaba tirar de habilidad y buscar una apertura
—Menudo porrazo— comentó la joven con una sonrisa mientras se sacudía las manos antes de incorporarse totalmente —Hay...— se quejó mientras se crujía los hombros y la espalda con un movimiento extensivo de los mismo, el sonido casi que fue plenamente audible o eso le pareció a la pelirosa —Bueno...— se giró para observar como se encontraba Taeko, que por su postura indicaba que ansiosa por continuar con aquello —Un momento— se acercó lentamente hasta donde estaba su bokken, el cual recuperó del suelo sin ninguna dificultad ayudándose de su pie. Con la punta bajo la hoja, para después lanzarlo hacia arriba y cogerlo con su mano izquierda
—Ahora sí— volvió sobre sus pasos hasta volver a quedar frente a la peliplateada, adoptando de nuevo la posición anterior de combate —Esta vez tendré más cuidado, no sé que clase de truco usaste pero me diste con uno de tus shurikens en la espalda— informó la joven justo cuando terminó de ocultar el filo de su bokken tras su fina figura —¿Preparada?— espero un instante a que su oponente tuviese tiempo de prepararse y se lanzó a la carrera, directa, sin más engaños. No habían funcionado, ahora tocaba tirar de habilidad y buscar una apertura