11/05/2017, 02:44
Desde afuera seguramente parecía un secuestro, es decir, un chico tapándole la boca a una chica para arrastrarla al interior de un departamento y luego dejarla tirada para así cerrar la dichosa puerta. Cualquiera lo imaginaría, obviamente, pero al final la chica estaba tan ebria que ni siquiera se sabía su propio nombre, solo sabía que se estaba muriendo de frío y que quería chocolate, pero no lentejas.
—Joo… —Respondió ahogándose en su propio hipo para luego abrazarse a sus piernas y comenzar a rodear en el mismo lugar donde la dejaron.
A veces se golpeaba con las paredes, otras con algún que otro mueble, incluso se las arregló para dar una vuelta carnero allí mismo y quedar tumbada boca arriba. Momento en el que aprovechó para estirarse completamente tanto de brazos como de piernas y mirar el techo una vez más. Estaba oscuro, nadie se había tomado las molestias de encender las luces…
Mientras el dueño de la casa hacía sus cosas, la rubia terminó por sentarse con las piernas cruzadas y una mano en el piso para ayudarla a mantener el equilibrio. Tenía una mirada que parecía indicar que se moría de sueño, ojos entrecerrados, boca entreabierta y vista perdida en la nada absoluta. Luego de unos segundos de permanecer así, terminó por llevarse el pulgar a la boca para morder la punta de la uña, aunque con suma delicadeza como si no quisiera dañarla.
Finalmente Datsue regresó luciendo considerablemente diferente cosa que la borracha pudo notar fácilmente y ladeó la cabeza.
—¿Y tú qué? —preguntó con mirada sospechosa y llevando ambas manos a sus tobillos.
Y simplemente eso, lo miraba sospechando que se trataba de alguien más, no iba a fiarse así como así de un completo desconocido…
—Joo… —Respondió ahogándose en su propio hipo para luego abrazarse a sus piernas y comenzar a rodear en el mismo lugar donde la dejaron.
A veces se golpeaba con las paredes, otras con algún que otro mueble, incluso se las arregló para dar una vuelta carnero allí mismo y quedar tumbada boca arriba. Momento en el que aprovechó para estirarse completamente tanto de brazos como de piernas y mirar el techo una vez más. Estaba oscuro, nadie se había tomado las molestias de encender las luces…
Mientras el dueño de la casa hacía sus cosas, la rubia terminó por sentarse con las piernas cruzadas y una mano en el piso para ayudarla a mantener el equilibrio. Tenía una mirada que parecía indicar que se moría de sueño, ojos entrecerrados, boca entreabierta y vista perdida en la nada absoluta. Luego de unos segundos de permanecer así, terminó por llevarse el pulgar a la boca para morder la punta de la uña, aunque con suma delicadeza como si no quisiera dañarla.
Finalmente Datsue regresó luciendo considerablemente diferente cosa que la borracha pudo notar fácilmente y ladeó la cabeza.
—¿Y tú qué? —preguntó con mirada sospechosa y llevando ambas manos a sus tobillos.
Y simplemente eso, lo miraba sospechando que se trataba de alguien más, no iba a fiarse así como así de un completo desconocido…