11/05/2017, 03:08
La respuesta que recibió no le había agradado para nada y por ello se puso a gruñirle a aquella persona que le había estado dando órdenes, hasta que se ató el cabello y volvió a reconocerle. Motivo por el cual se le dibujó una estúpida pero alegre sonrisa en el rostro y sin soltarse los tobillos se echó hacia atrás dispuesta a tumbarse nuevamente.
Para su sorpresa, el chico la había alcanzado a atrapar por las axilas antes de que se lleve otro golpe innecesario y así como la atrapó, la arrastró y casi más la tiró dentro del baño, lugar donde rodó un poco hasta chocar contra el váter y allí, en posición fetal miró fijo a Datsue como si hubiese recuperado la cordura. Pero el hipo que prevalecía le indicaría lo contrario.
Secarse y vestirse era la orden, toda una suerte para la Sakamoto que aquel yukata que lucía ya estuviese a punto de caerse por sí solo, incluso el nudo del obi estaba bastante desecho así que desnudarse le fue excesivamente fácil incluso ebria.
—Esa no es mi ropa —pensó en voz alta mirando inocentemente las cosas que le habían dejado.
Pero al final hizo caso, tomó la toalla, la dejó el piso y rodó sobre ella para así secarse casi como por arte de magia y luego tomó la ropa que le habían dejado.
La camisa le quedaba, se suponía que era holgada pero por la prominente delantera de la rubia no quedaba tan así, por lo menos en esa zona, los brazos y el vientre sí que quedaban bastante despegados de la tela y finalmente, era lo suficientemente larga para que le quedase como una especie de camisón. Pero había un ligerísimo problema y ese era el pantalón, demasiado ajustado para el trasero de la kunoichi que luego de un par de intentos se rindió y lo dejó tirado por ahí.
Y claro, estaba ebria pero era sumamente obediente, por ello se vio obligada a quedarse encerrada allí mismo porque técnicamente no estaba completamente vestida pese a que la camiseta cubría todo lo que necesitaba.
Como no debía de salir, Noemi decidió tumbarse sobre el tapete de delante de la ducha, zona cómoda pero bastante reducida donde ni en posición fetal entraba completa pero era la mejor opción que tenía para echarse a dormir.
Para su sorpresa, el chico la había alcanzado a atrapar por las axilas antes de que se lleve otro golpe innecesario y así como la atrapó, la arrastró y casi más la tiró dentro del baño, lugar donde rodó un poco hasta chocar contra el váter y allí, en posición fetal miró fijo a Datsue como si hubiese recuperado la cordura. Pero el hipo que prevalecía le indicaría lo contrario.
Secarse y vestirse era la orden, toda una suerte para la Sakamoto que aquel yukata que lucía ya estuviese a punto de caerse por sí solo, incluso el nudo del obi estaba bastante desecho así que desnudarse le fue excesivamente fácil incluso ebria.
—Esa no es mi ropa —pensó en voz alta mirando inocentemente las cosas que le habían dejado.
Pero al final hizo caso, tomó la toalla, la dejó el piso y rodó sobre ella para así secarse casi como por arte de magia y luego tomó la ropa que le habían dejado.
La camisa le quedaba, se suponía que era holgada pero por la prominente delantera de la rubia no quedaba tan así, por lo menos en esa zona, los brazos y el vientre sí que quedaban bastante despegados de la tela y finalmente, era lo suficientemente larga para que le quedase como una especie de camisón. Pero había un ligerísimo problema y ese era el pantalón, demasiado ajustado para el trasero de la kunoichi que luego de un par de intentos se rindió y lo dejó tirado por ahí.
Y claro, estaba ebria pero era sumamente obediente, por ello se vio obligada a quedarse encerrada allí mismo porque técnicamente no estaba completamente vestida pese a que la camiseta cubría todo lo que necesitaba.
Como no debía de salir, Noemi decidió tumbarse sobre el tapete de delante de la ducha, zona cómoda pero bastante reducida donde ni en posición fetal entraba completa pero era la mejor opción que tenía para echarse a dormir.