11/05/2017, 03:44
—Pongámonos en marcha entonces —respondió el Hakagurē, ante la positiva de la muchacha.
El joven de blanca y larga cabellera la guio, abandonando el cráter y pasando por el bosque, hasta llegar al pueblito del cual estaba hablando. Había pocas construcciones, una veintena quizás, y todas eran de piedra muy antigua, quizás tanto como lo eran los restos de Konohagakure. Entre todos aquellos edificios había uno que llamaba la atención particularmente, no tanto por ser el más grande, sino por una especie de halo ancestral que replicaba la sensación de silencio y soledad que se manifestaba en el cráter.
—Ese debe ser el sitio del que me hablaron —aseguro, señalando el edificio y recordando cómo le habían dicho que podía encontrarlo—. Me dijeron que no hacía falta que lo buscase, que una curiosa sensación me guiaría hasta donde estuviera.
Kōtetsu se acerco un poco más para detallarlo mejor, y ,si, tenía un letrero que decía museo de la hoja, pero su aspecto lúgubre lo hacía lucir como el arquetipo de casa abandonada y embrujada.
—No es el museo más atractivo que he visto —aunque apenas había visto un museo en toda su vida—, pero ya estamos aquí, ¿será que entramos? —pregunto.
El joven de blanca y larga cabellera la guio, abandonando el cráter y pasando por el bosque, hasta llegar al pueblito del cual estaba hablando. Había pocas construcciones, una veintena quizás, y todas eran de piedra muy antigua, quizás tanto como lo eran los restos de Konohagakure. Entre todos aquellos edificios había uno que llamaba la atención particularmente, no tanto por ser el más grande, sino por una especie de halo ancestral que replicaba la sensación de silencio y soledad que se manifestaba en el cráter.
—Ese debe ser el sitio del que me hablaron —aseguro, señalando el edificio y recordando cómo le habían dicho que podía encontrarlo—. Me dijeron que no hacía falta que lo buscase, que una curiosa sensación me guiaría hasta donde estuviera.
Kōtetsu se acerco un poco más para detallarlo mejor, y ,si, tenía un letrero que decía museo de la hoja, pero su aspecto lúgubre lo hacía lucir como el arquetipo de casa abandonada y embrujada.
—No es el museo más atractivo que he visto —aunque apenas había visto un museo en toda su vida—, pero ya estamos aquí, ¿será que entramos? —pregunto.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)