11/05/2017, 16:52
El trío avanzaba a un ritmo sensato, o eso era lo que quería el joven médico. La tormenta no parecía estar muy lejos y no había mucho tiempo que perder o podría ser muy peligroso, sobretodo para la chica que estaba mojada.
—¿Se puede saber a cuál pretendes llevarnos? No todos tenemos dinero para derrochar —
Dijo con un tono que no parecía muy agradable, no estaba de buen humor. Cualquiera podría haberse dado cuenta de eso, pero Mogura estaba acostumbrado a lidiar con ese tipo de comportamientos a veces, atender un negocio siempre te da oportunidad de encontrarte con todo tipo de gente y eventualmente aprender a tratarlas.
Taeko por su parte hacía lo mejor que podía para dar palabras de aliento a todo aquel que estuviese dispuesto a leer sus notas, Ritsuko a pesar de su notable nivel de molestia seguía leyendo las letras de la kunoichi.
≫Estaría bien que nos mostraras algunas opciones, Manase-san. ¡Gracias! Aunque no sé qué tanto tiempo nos quede antes de la tormenta…
Le hizo una leve reverencia en cuanto terminó de leer el escrito. La refinada muchacha parecía saber decir las cosas de la manera mas correcta posible. Lo cual era agradable a su manera, él también trataba de hacerlo cada vez que podía.
El lugar se llama El Mirador, es la posada donde me encuentro hospedado en el momento. Los cuartos son relativamente espaciosos y hay un sitio donde calentarse. Es importante que seque su ropa o podría ser muy peligroso, Ritsuko-san. El dinero no será un problema si decides quedarte ahí.
Pero sino es así... puedo ayudar a buscar una opción que sea mas agradable.
Trataba de ser lo más comprensivo posible, quizás no tenía un solo ryo encima y esa era la razón por la cual tenía que volver a su hogar. Había preguntas para hacer seguramente ¿Pero tenían tiempo con la tormenta soplandoles la nuca?
—¿Se puede saber a cuál pretendes llevarnos? No todos tenemos dinero para derrochar —
Dijo con un tono que no parecía muy agradable, no estaba de buen humor. Cualquiera podría haberse dado cuenta de eso, pero Mogura estaba acostumbrado a lidiar con ese tipo de comportamientos a veces, atender un negocio siempre te da oportunidad de encontrarte con todo tipo de gente y eventualmente aprender a tratarlas.
Taeko por su parte hacía lo mejor que podía para dar palabras de aliento a todo aquel que estuviese dispuesto a leer sus notas, Ritsuko a pesar de su notable nivel de molestia seguía leyendo las letras de la kunoichi.
≫Estaría bien que nos mostraras algunas opciones, Manase-san. ¡Gracias! Aunque no sé qué tanto tiempo nos quede antes de la tormenta…
Le hizo una leve reverencia en cuanto terminó de leer el escrito. La refinada muchacha parecía saber decir las cosas de la manera mas correcta posible. Lo cual era agradable a su manera, él también trataba de hacerlo cada vez que podía.
El lugar se llama El Mirador, es la posada donde me encuentro hospedado en el momento. Los cuartos son relativamente espaciosos y hay un sitio donde calentarse. Es importante que seque su ropa o podría ser muy peligroso, Ritsuko-san. El dinero no será un problema si decides quedarte ahí.
Pero sino es así... puedo ayudar a buscar una opción que sea mas agradable.
Trataba de ser lo más comprensivo posible, quizás no tenía un solo ryo encima y esa era la razón por la cual tenía que volver a su hogar. Había preguntas para hacer seguramente ¿Pero tenían tiempo con la tormenta soplandoles la nuca?
Hablo - Pienso