12/05/2017, 02:44
(Última modificación: 12/05/2017, 02:49 por Uchiha Datsue.)
¿Un Uchiha como él, ver venir la mano traicionera y confusa de una borracha gennin? No, por supuesto que no lo vio venir. No con aquella oscuridad. ¿Él, un shinobi entrenado física y psicológicamente para resistir los golpes más duros, mantenerse en pie tras el débil tirón de una chica adormilada? No, por supuesto que no fue capaz de resistirlo. No con la cama en medio, que actuó como la zancadilla más traicionera y le hizo perder el equilibrio. Ya podría haber sido el mayor especialista en Taijutsu que aquello era tan inevitable como la derrota de un Kusareño en combate.
O todo eso, al menos, fue lo que se respondió a sí mismo aquella noche y los días venideros.
—¡Noemi! —exclamó, con un tono agudo, como indignado—. Por los Dioses, Noemi. Esto es del todo improcedente —Datsue había caído encima suya, y el chico se había apresurado a ponerse a un lado. A su derecha: Noemi. A su izquierda: la pared. ¿Quién podía culparle de haberse quedado allí? Ni el shinobi más astuto hubiese encontrado una vía de escape de aquella trampa mortal—. B-bueno, ya que insistes… Supongo que es lo mejor, sí. Además, es lo que nos enseñaban en la Academia, ¿no? A dormir bien juntitos, como camaradas, para guardar el calor corporal en una noche fría. Y no hubo noche más fría en todo Oonindo que esta, ya lo creo que no. ¿Quién podría culparnos?
Como no había nadie —al menos no cuerdo— para decir nada, se respondió él mismo:
—Nadie, nadie. Por supuesto que nadie podría culparnos. Todos hubiesen hecho lo mismo. Todos.
Así que, ahora sí, respaldado por unos fundamentos morales inquebrantables y sin fisuras, se echó bajo las sábanas, boca arriba, más tieso que el bolsillo de un Kusareño —pues todos sabían que de verduras y patatas uno no se hacía rico—.
O todo eso, al menos, fue lo que se respondió a sí mismo aquella noche y los días venideros.
—¡Noemi! —exclamó, con un tono agudo, como indignado—. Por los Dioses, Noemi. Esto es del todo improcedente —Datsue había caído encima suya, y el chico se había apresurado a ponerse a un lado. A su derecha: Noemi. A su izquierda: la pared. ¿Quién podía culparle de haberse quedado allí? Ni el shinobi más astuto hubiese encontrado una vía de escape de aquella trampa mortal—. B-bueno, ya que insistes… Supongo que es lo mejor, sí. Además, es lo que nos enseñaban en la Academia, ¿no? A dormir bien juntitos, como camaradas, para guardar el calor corporal en una noche fría. Y no hubo noche más fría en todo Oonindo que esta, ya lo creo que no. ¿Quién podría culparnos?
Como no había nadie —al menos no cuerdo— para decir nada, se respondió él mismo:
—Nadie, nadie. Por supuesto que nadie podría culparnos. Todos hubiesen hecho lo mismo. Todos.
Así que, ahora sí, respaldado por unos fundamentos morales inquebrantables y sin fisuras, se echó bajo las sábanas, boca arriba, más tieso que el bolsillo de un Kusareño —pues todos sabían que de verduras y patatas uno no se hacía rico—.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado