13/05/2017, 03:54
La expresión de la Sakamoto era todo un poema al escuchar aquella pregunta, tan sereno que casi parecía ser verdad que justamente ELLA había sido quien dio el primer paso a todo lo que se estaba imaginando y temía.
—¿Qué…? —Alcanzó apenas a preguntar con los ojos abiertos como platos y con pulso tembloroso—. No jodas —respondió casi en un susurro.
Todavía no se podía imaginar a ella misma haciendo lo que se imaginó que ocurrió con él, con Uchiha Datsue y no con Haskoz. Por si fuera poco, si alguien se llegaba a enterar que se había olvidado tan fácilmente del peli-blanco seguramente su reputación se iría al garete y eso era hablar, después de todo se había pirado de los juegos de Uzushiogakure no Sato y por eso algunos ya la miraban mal, como si realmente fuese capaz de abandonar a sus compañeros en plena misión así como lo hizo con un festival como ese.
—Dime que no, dime que no hice nada —comenzó a balbucear con una sonrisa sumamente nerviosa mientras también se alejaba arrastrándose por el suelo.
En ese preciso instante se percató de algo sumamente importante, ella iba prácticamente desnuda, solo tenía una camiseta que siquiera era suya y por lo que podía sentir, se deducía que aquella camiseta era la única prenda que tenía encima en ese preciso instante.
—No puede ser, tú no eres Haskoz, es imposible que lo haya hecho yo… —prosiguió al mismo instante en que sus ojos comenzaban a inundarse en lágrimas que se ahogaron entre sus manos, las mismas las había llevado a su rostro para cubrirlo mientras que sus piernas se apegaban a su cuerpo para evitar quedarse en mayor evidencia de la necesaria.
—¿Qué…? —Alcanzó apenas a preguntar con los ojos abiertos como platos y con pulso tembloroso—. No jodas —respondió casi en un susurro.
Todavía no se podía imaginar a ella misma haciendo lo que se imaginó que ocurrió con él, con Uchiha Datsue y no con Haskoz. Por si fuera poco, si alguien se llegaba a enterar que se había olvidado tan fácilmente del peli-blanco seguramente su reputación se iría al garete y eso era hablar, después de todo se había pirado de los juegos de Uzushiogakure no Sato y por eso algunos ya la miraban mal, como si realmente fuese capaz de abandonar a sus compañeros en plena misión así como lo hizo con un festival como ese.
—Dime que no, dime que no hice nada —comenzó a balbucear con una sonrisa sumamente nerviosa mientras también se alejaba arrastrándose por el suelo.
En ese preciso instante se percató de algo sumamente importante, ella iba prácticamente desnuda, solo tenía una camiseta que siquiera era suya y por lo que podía sentir, se deducía que aquella camiseta era la única prenda que tenía encima en ese preciso instante.
—No puede ser, tú no eres Haskoz, es imposible que lo haya hecho yo… —prosiguió al mismo instante en que sus ojos comenzaban a inundarse en lágrimas que se ahogaron entre sus manos, las mismas las había llevado a su rostro para cubrirlo mientras que sus piernas se apegaban a su cuerpo para evitar quedarse en mayor evidencia de la necesaria.