13/05/2017, 13:51
Mi insistencia era más que evidente, él era el único culpable y debía enmascararle ; no obstante ell sujeto también empezó a darle a la lengua y agregó unos cuantos detalles a su defensa. ”Recuerdo los gatos saliendo de la tienda cuando él también lo hacía” Me dije mientras tensaba un poco la mandíbula, aquello era cierto.
Sí las miradas mataran el sujeto hubiera estado más que muerto, mi ojos se entrecerraron aún más cuando, de cierta forma me insulto, mencionó que yo era el gracioso. Su descaro, la risa y la poca evidencia me daban impotencia, no tenía como demostrar nada, sin ningún tipo de acusación. Mis puños, que ya se encontraban cerrados, fueron víctimas de este estrés psicológico, hice aún más presión, la molestia empezó a modificarse, ya no era solo molestia sino un leve dolor.
¿Qué decía hacer? Mogura no llegaba, no sabía dónde estaba, esta era la única pista que teníamos para no fallarle a la Arashikage y por mi negligencia podríamos perderlo absolutamente todo. Más no tenía fuerzas para seguir acusándole, no tenía nada que decir, ninguna otra carta que jugar, solté un fuerte y notorio bufido, soltando parte de la tensión acumulada.
—La próxima no correrás con tanta suerte. — Finalicé con cierto tono de rabia, demostrando el enojo que tenía.
Sin ninguna otra oportunidad y tuve que desistir y así como le había seguido desaparecí de aquel callejón, llegando nuevamente a los tejados con unos breves saltos. La lluvia seguía igual que siempre, pero me daba cierta nostalgia y tristeza. ”¿Cómo le digo a Mogura que fallé?” Me dije decepcionado de mí.
Retrocedí buscando por el camino a mi compañero, debía ponerle al tanto de todo lo ocurrido y debía saber qué íbamos a hacer.
Sí las miradas mataran el sujeto hubiera estado más que muerto, mi ojos se entrecerraron aún más cuando, de cierta forma me insulto, mencionó que yo era el gracioso. Su descaro, la risa y la poca evidencia me daban impotencia, no tenía como demostrar nada, sin ningún tipo de acusación. Mis puños, que ya se encontraban cerrados, fueron víctimas de este estrés psicológico, hice aún más presión, la molestia empezó a modificarse, ya no era solo molestia sino un leve dolor.
¿Qué decía hacer? Mogura no llegaba, no sabía dónde estaba, esta era la única pista que teníamos para no fallarle a la Arashikage y por mi negligencia podríamos perderlo absolutamente todo. Más no tenía fuerzas para seguir acusándole, no tenía nada que decir, ninguna otra carta que jugar, solté un fuerte y notorio bufido, soltando parte de la tensión acumulada.
—La próxima no correrás con tanta suerte. — Finalicé con cierto tono de rabia, demostrando el enojo que tenía.
Sin ninguna otra oportunidad y tuve que desistir y así como le había seguido desaparecí de aquel callejón, llegando nuevamente a los tejados con unos breves saltos. La lluvia seguía igual que siempre, pero me daba cierta nostalgia y tristeza. ”¿Cómo le digo a Mogura que fallé?” Me dije decepcionado de mí.
Retrocedí buscando por el camino a mi compañero, debía ponerle al tanto de todo lo ocurrido y debía saber qué íbamos a hacer.