14/05/2017, 03:14
La Sakamoto supuso que la espera sería corta, el chico ya se había despertado una vez y debería de faltarle poco para despertar definitivamente y ese sería el preciso instante en que ella le pediría algún cambio de ropa que le sirviese mejor que aquella única camiseta que tenía.
Pero los cálculos le fallaron por mucho, pasaron cerca de cuatro horas en que la rubia se mantuvo sentada a un lado de la cama esperando pacientemente por algo que parecía no llegar nunca hasta que un jodido grito detrás suyo la hizo dar un salto y caerse de cara al piso. O bueno, no fue literalmente así gracias a la genética que amortiguó buena parte del impacto.
—¡Ya! —se quejó en lo que se volteaba para quedar sentada en el piso, allí donde cayó.
¿Llevar mucho? Un buen par de horas, pero daba igual eso.
—No mucho —respondió cabizbaja—. Por casualidad, ¿no tendrás un pantalón para prestarme? —consultó evitando todo tipo de contacto visual con el contrario.
Ya había dado por sentado todo lo que habían hecho aquella noche, podría haber consultado pero prefería no conocer los detalles de todo eso por más que el chico se mostrase de un mejor humor que horas atrás.
Pero los cálculos le fallaron por mucho, pasaron cerca de cuatro horas en que la rubia se mantuvo sentada a un lado de la cama esperando pacientemente por algo que parecía no llegar nunca hasta que un jodido grito detrás suyo la hizo dar un salto y caerse de cara al piso. O bueno, no fue literalmente así gracias a la genética que amortiguó buena parte del impacto.
—¡Ya! —se quejó en lo que se volteaba para quedar sentada en el piso, allí donde cayó.
¿Llevar mucho? Un buen par de horas, pero daba igual eso.
—No mucho —respondió cabizbaja—. Por casualidad, ¿no tendrás un pantalón para prestarme? —consultó evitando todo tipo de contacto visual con el contrario.
Ya había dado por sentado todo lo que habían hecho aquella noche, podría haber consultado pero prefería no conocer los detalles de todo eso por más que el chico se mostrase de un mejor humor que horas atrás.