14/05/2017, 22:46
El tiempo parecía estar detenido en el interior de aquella tienda, la anciana seguía durmiendo en su mecedora y la niña sentada sobre el mostrador como momentos antes la habían visto los shinobis.
— Bienvenidos de nuevo.
Al parecer ya les esperaba, se levantó de golpe para acercarse a Mogura que entraba con el gato. Con una sonrisa se lo cogió de los manos intercambiandolo por un pequeño pergamino, sin dejar pasar el detalle de que el genin estaba más empapado de lo normal.
— Siento lo de la caída, Mogura-chan. Ah, sí, tengo algo para ti.
Dejó al gato con cuidado en el mismo sitio donde se la habían encontrado a ella cuando estaba transformada en él y se volvió a tumbar sobre el mostrador para coger algo del otro lado. Al ponerse en pie tendría el paraguas de Mogura en sus manos.
— Te lo olvidaste al saltar a por Ryu. Y eso es todo, si entregais ese pergamino conforme habeis completado la misión. Ha... sido un placer, Mogura-chan.
Diría avergonzada mientras hacía una leve reverencia, sonriendo inocentemente a los shinobis.
— Bienvenidos de nuevo.
Al parecer ya les esperaba, se levantó de golpe para acercarse a Mogura que entraba con el gato. Con una sonrisa se lo cogió de los manos intercambiandolo por un pequeño pergamino, sin dejar pasar el detalle de que el genin estaba más empapado de lo normal.
— Siento lo de la caída, Mogura-chan. Ah, sí, tengo algo para ti.
Dejó al gato con cuidado en el mismo sitio donde se la habían encontrado a ella cuando estaba transformada en él y se volvió a tumbar sobre el mostrador para coger algo del otro lado. Al ponerse en pie tendría el paraguas de Mogura en sus manos.
— Te lo olvidaste al saltar a por Ryu. Y eso es todo, si entregais ese pergamino conforme habeis completado la misión. Ha... sido un placer, Mogura-chan.
Diría avergonzada mientras hacía una leve reverencia, sonriendo inocentemente a los shinobis.