16/05/2017, 18:19
Cuando llegasen al Edificio de la Arashikage la misma secretaria que les había registrado al entrar la primera vez les haría señas para que se acercasen a entregar la misión.
— ¿Habeis completado la misión?
Dicho eso, echaría un vistazo a los muchachos y levantaría una ceja, dubitativa.
— Pero... ¿no erais tres? ¿Habeis perdido a un shinobi buscando un gato?
Su tono era de incredulidad total, como si les acabara de preguntar el color de los unicornios que pastan en los soleados campos de Amegakure.
— ¿Habeis completado la misión?
Dicho eso, echaría un vistazo a los muchachos y levantaría una ceja, dubitativa.
— Pero... ¿no erais tres? ¿Habeis perdido a un shinobi buscando un gato?
Su tono era de incredulidad total, como si les acabara de preguntar el color de los unicornios que pastan en los soleados campos de Amegakure.