18/05/2017, 03:54
Para la familia Sakamoto era importante mantener la imagen, para ello a veces los hijos selectos se veían obligados a salir de viaje para realizar alguno que otro trabajo, misiones de buen rango y alguna que otra cosilla para recordarle al mundo que el clan seguía existiendo. En esta ocasión, Noemi se había visto obligada a viajar junto a algunos de sus hermanos más experimentados, desde la aldea hasta Yukio.
La idea de que ella acompañase era para que cumpliera cierta función de mensajera, es decir, iría y vendría de un lado a otro según se lo ordenasen sus hermanos, pero al momento de llegar a la Ribera del Sur en el país del bosque terminaron por separarse y lo único que la rubia encontró fue una nota indicándole que debía de llegar a Yukio lo antes posible. La habían dejado porque según ellos se había quedado dormida y las horas de sueño para el clan Sakamoto es algo sagrado.
Así fue como la menor se vio obligada a emprender el resto del viaje completamente sola, pasando por el país de la tierra donde realmente no había mucho, salvo por infinidad de montañas desoladas y un par de construcciones aparte que no debería de toparse a no ser que se perdiese al final.
Suministros le sobraban, sus hermanos le habían dejado una buena cantidad de alimento y agua para asegurarse que no la pasaría tan mal durante su transcurso por el país de la tierra, pero nadie nunca supuso que en el camino se encontraría con uno de sus compañeros de la aldea. Algo jodidamente extraño si consideramos lo extenso del mundo y la ubicación exacta donde se lo encontraría.
—¿Datsue? —preguntó algo nerviosa mientras se acercaba a la silueta con la intención de identificarle. Debido a la lejanía no podía estarse segura.
Pero como fuese él, seguramente terminaría por entrar en pánico, después de todo, no le agradaba para nada a Noemi la idea de haber intimado con él de semejante manera.
La idea de que ella acompañase era para que cumpliera cierta función de mensajera, es decir, iría y vendría de un lado a otro según se lo ordenasen sus hermanos, pero al momento de llegar a la Ribera del Sur en el país del bosque terminaron por separarse y lo único que la rubia encontró fue una nota indicándole que debía de llegar a Yukio lo antes posible. La habían dejado porque según ellos se había quedado dormida y las horas de sueño para el clan Sakamoto es algo sagrado.
Así fue como la menor se vio obligada a emprender el resto del viaje completamente sola, pasando por el país de la tierra donde realmente no había mucho, salvo por infinidad de montañas desoladas y un par de construcciones aparte que no debería de toparse a no ser que se perdiese al final.
Suministros le sobraban, sus hermanos le habían dejado una buena cantidad de alimento y agua para asegurarse que no la pasaría tan mal durante su transcurso por el país de la tierra, pero nadie nunca supuso que en el camino se encontraría con uno de sus compañeros de la aldea. Algo jodidamente extraño si consideramos lo extenso del mundo y la ubicación exacta donde se lo encontraría.
—¿Datsue? —preguntó algo nerviosa mientras se acercaba a la silueta con la intención de identificarle. Debido a la lejanía no podía estarse segura.
Pero como fuese él, seguramente terminaría por entrar en pánico, después de todo, no le agradaba para nada a Noemi la idea de haber intimado con él de semejante manera.