19/05/2017, 21:37
Mogura no podía hablar por Hazegawa, al menos no de la forma en la que un compañero con espiritu de buena persona podría hablar por él. Si hubiese tenido que dar motivos, probablemente lo habría tenido que hundir tanto como su capacidad para comunicarse le hubiese sido posible, pero era todo a causa de los modales que tenía.
Recibió la cantidad de dinero que le era correspondiente y sin siquiera detenerse a contar, la guardó en su espacio destinado a tal fin. Seguidamente se acomodó el peinado, no tenía nada fuera de lugar pero de todas maneras lo hizo.
Hizo una ligera reverencia y se dirigió a la salida en compañía de Keisuke.
Completamos éxitosamente la misión, Inoue Keisuke.
Comentó el joven médico de cabello azabache mientras abría su paraguas fuera del edificio. Seguía lloviendo, pero era momento de irse. Algo de lo que dijo Mogura se suponía que tenía que ser un cumplido o un mensaje de felicitación, pero no sonaba mucho a eso.
Ha sido un placer conocerte, Inoue Keisuke-san.
Acompañó sus palabras con una formal reverencia, si había algún sincero pensamiento en sus palabras era cuestionable, pero se suponía que era la forma en la que tenía que comportarse una persona cuando conocía a alguien y no había tenido un problema.
Sin nada más que atender en el lugar, los pasos de Mogura se dirigirían a la pastelería más cercana para disfrutar de un pedazo de pastel de fresa, como era costumbre en él.
Recibió la cantidad de dinero que le era correspondiente y sin siquiera detenerse a contar, la guardó en su espacio destinado a tal fin. Seguidamente se acomodó el peinado, no tenía nada fuera de lugar pero de todas maneras lo hizo.
Hizo una ligera reverencia y se dirigió a la salida en compañía de Keisuke.
Completamos éxitosamente la misión, Inoue Keisuke.
Comentó el joven médico de cabello azabache mientras abría su paraguas fuera del edificio. Seguía lloviendo, pero era momento de irse. Algo de lo que dijo Mogura se suponía que tenía que ser un cumplido o un mensaje de felicitación, pero no sonaba mucho a eso.
Ha sido un placer conocerte, Inoue Keisuke-san.
Acompañó sus palabras con una formal reverencia, si había algún sincero pensamiento en sus palabras era cuestionable, pero se suponía que era la forma en la que tenía que comportarse una persona cuando conocía a alguien y no había tenido un problema.
Sin nada más que atender en el lugar, los pasos de Mogura se dirigirían a la pastelería más cercana para disfrutar de un pedazo de pastel de fresa, como era costumbre en él.
Hablo - Pienso