26/06/2015, 23:19
La respuesta del calvo dejó a Tomoe realmente fuera de juego, no podía estar segura de sí el chico le estaba tomando el pelo o es que simplemente era un zoquete de proporciones épicas. Clavó sus ojos violetas en el proyecto de vendedor, tratando de dilucidar si hablaba en serio o no.
"No puedo creer que alguien llegue a estos niveles de estúpidez... ¿Cómo diablos no puede conocer a Amegakure?" fue lo primero que se vino a su mente, para la Uchiha era prácticamente imposible que alguien no conociese las grandes aldeas ninja. Eran las que regían prácticamente el mundo "Debe de estar tomandome el pelo..." la chica escrutó con cuidado las facciones de aquel muchacho "No parece lo suficientemente inteligente como para una mofa de ese tipo"
La kunoichi suspiró, se había encontrado posiblemente con una de las personas más cortitas que en mucho tiempo se había encontrado y no tenía ninguna intención de corregir aquella ignorancia con una explicación por su parte, si el chico no tenía ni idea era su problema.
—Eso no te importa ahora mismo— contestó la chica tratando de llevar la conversación por donde le interesaba —Solo necesitas saber que tengo que darle un mensaje a tu jefe, así que llevame ante él— la chica trató de condensar todo lo posible para que la mente de aquel chico no tuviese que pensar demasiado en lo que le habían dicho
"Hay dioses... que suerte la mía" se lamentaba la muchacha mientras rezaba por poder librarse de una vez por todas de aquel encargo
"No puedo creer que alguien llegue a estos niveles de estúpidez... ¿Cómo diablos no puede conocer a Amegakure?" fue lo primero que se vino a su mente, para la Uchiha era prácticamente imposible que alguien no conociese las grandes aldeas ninja. Eran las que regían prácticamente el mundo "Debe de estar tomandome el pelo..." la chica escrutó con cuidado las facciones de aquel muchacho "No parece lo suficientemente inteligente como para una mofa de ese tipo"
La kunoichi suspiró, se había encontrado posiblemente con una de las personas más cortitas que en mucho tiempo se había encontrado y no tenía ninguna intención de corregir aquella ignorancia con una explicación por su parte, si el chico no tenía ni idea era su problema.
—Eso no te importa ahora mismo— contestó la chica tratando de llevar la conversación por donde le interesaba —Solo necesitas saber que tengo que darle un mensaje a tu jefe, así que llevame ante él— la chica trató de condensar todo lo posible para que la mente de aquel chico no tuviese que pensar demasiado en lo que le habían dicho
"Hay dioses... que suerte la mía" se lamentaba la muchacha mientras rezaba por poder librarse de una vez por todas de aquel encargo