24/05/2017, 15:19
Con Ritsuko al frente, el trió ninja avanzó hacía un destino diferente, la posada de la pelirroja. Aquel lugar prometía ser un sitio muy sencillo, barato, en palabras de la propia kunoichi de ropajes mojados. Mogura no planeaba hacer ninguna clase de reclamo por la forma de viajar de la chica, simplemente estaba dando una mano con lo que podía.
No había nada que pudiese hacer el joven médico en aquel momento en cuanto a su manera de hablar, su capacidad para entablar una conversación no llegaba más lejos que eso, al menos en aquel entonces.
La posaba resultaría tener finalmente la forma de una vieja cabaña, un poco falta de manutención, al menos por fuera. Rápidamente se pudo confirmar que por dentro era mucho más agradable de lo que parecía por su fachada.
Hizo una ligera reverencia en respuesta a las palabras de Ritsuko, cuando esta dijo que se dirigiría a su habitación. De esa forma quedarían en la sala solo Taeko, quien fuese que estuviese cerca del mostrador en ese momento y él.
Acompañaría en sus gestos a la kunoichi muda, quitándose el abrigo y guardando su paraguas. No eran tan necesarios en el interior de la cabaña.
≫¿Conoce Yukio, Manase-san?
¿Podría contarme al respecto?
Rezaba la nota extendida por la propia kunoichi de refinado comportamiento.
No estoy seguro de decir mucho por Yukio, Kikazura-san. Es la primera vez que visito este pueblo. Lo que puedo comentar es que es un destino popular por todos aquellos viajeros que se dirigen más al norte y por supuesto aquellos que tengan intenciones de cruzar al País de la Tierra.
Por alguna razón Yukio parece ser algo más que un simple pueblo de paso, hay algo en su ambiente que lo llena de cierto romanticismo.
La respuesta del joven médico fue, ante todo, sincera. Él mismo se había tomado un par de días con la intención de pasear por el pueblo y tratar de averiguar un poco más pero sentía que de alguna manera las palabras que dejaba escapar de sus labios no hacían gloria a la realidad del pueblo.
No había nada que pudiese hacer el joven médico en aquel momento en cuanto a su manera de hablar, su capacidad para entablar una conversación no llegaba más lejos que eso, al menos en aquel entonces.
La posaba resultaría tener finalmente la forma de una vieja cabaña, un poco falta de manutención, al menos por fuera. Rápidamente se pudo confirmar que por dentro era mucho más agradable de lo que parecía por su fachada.
Hizo una ligera reverencia en respuesta a las palabras de Ritsuko, cuando esta dijo que se dirigiría a su habitación. De esa forma quedarían en la sala solo Taeko, quien fuese que estuviese cerca del mostrador en ese momento y él.
Acompañaría en sus gestos a la kunoichi muda, quitándose el abrigo y guardando su paraguas. No eran tan necesarios en el interior de la cabaña.
≫¿Conoce Yukio, Manase-san?
¿Podría contarme al respecto?
Rezaba la nota extendida por la propia kunoichi de refinado comportamiento.
No estoy seguro de decir mucho por Yukio, Kikazura-san. Es la primera vez que visito este pueblo. Lo que puedo comentar es que es un destino popular por todos aquellos viajeros que se dirigen más al norte y por supuesto aquellos que tengan intenciones de cruzar al País de la Tierra.
Por alguna razón Yukio parece ser algo más que un simple pueblo de paso, hay algo en su ambiente que lo llena de cierto romanticismo.
La respuesta del joven médico fue, ante todo, sincera. Él mismo se había tomado un par de días con la intención de pasear por el pueblo y tratar de averiguar un poco más pero sentía que de alguna manera las palabras que dejaba escapar de sus labios no hacían gloria a la realidad del pueblo.
Hablo - Pienso