27/06/2015, 21:21
De un momento a otro, el joven rubio dirigió su voz hacia la señora con lo que parecía ser una disculpa y algo referente a que no había otra opción.
Antes de que cualquiera hiciera o dijera algo, el chico reacciono de manera extraña a sus propias palabras. Sin previo aviso se pudo apreciar como una luz emanaba desde sus pies, está definitivamente era una técnica ninja de desplazamiento. Ya que inmediatamente el chico rubio pego un brinco desde su silla, y luego de aterrizar, se dio a la fuga a toda velocidad, no sin antes darle un empujón al pelo blanco.
«Joer que rápido» —fue lo único que le dio tiempo de pensar.
Inmediatamente la mujer de la casa reacciono, y cual búfalo enojado, salió a la persecución del shinobi de kusa, luego de haber dado un grito casi gutural que sacudió a todos y a todo en la sala. Justo después de eso y mitad de la persecución el hombre se incorporo, solo para ver a Kazuma sentado a aproximadamente un metro de él.
«Joder» —pensó, cuando el gigante le intercepto la vista.
«Ahora la cosa esta difícil, bien podría intentar escapar como aquel chico… Pero no soy tan rápido, además si no frustran el escape las cosas se pondrán feas. Por otro lado, si el escapa y yo me quedo, voy a estar en graves aprietos»
«Bueno, creo que optare por la tercera opción… Dejare que le chico sea el señuelo mientras tomo mis cosas y me salgo por la ventana»
Con aquel precario plan en mente, el Ishimura se puso en acción.
Lo primero que hizo fue dirigir un gesto con el pulgar hacia arriba en señal de aprobación al gigante. Seguidamente se bajo de la silla, tomo sus cosas y se puso a caminar hacia la ventana. En ese instante le pareció notar una reacción en el hombre que ahora estaba a sus espaldas. Aunque con una persona de ese tamaño, sería difícil no notar cuando mueve su gran peso.
Sabiendo lo que podría pasar si le agarraban, decidió hacer lo que estuviese en sus manos para salir de ahí sin tener que lastimar a nadie. Por lo que se decanto por usar sus habilidades ninjas, en un instante junto sus manos y luego de tres simples sellos, ya no había un solo Kazuma, si no que había once que empezaron a moverse caóticamente como mosquitos al vuelo.
Aprovechando aquella brecha de tiempo creada por su distracción, el ojos grises corrió hacia la ventana, y con una precisión envidiable, salto a través de las misma sin siquiera tocar su bordes. Lo cual fue todo un logro, ya que a pesar de ser una casa de grandes proporciones, sus ventanas eran pequeñas, muy pequeñas para sus habitantes, pero suficientemente grandes para que un chico pasara por ellas.
«Mierda…» —pensó luego de que hubiera caído de cabeza en el jardín lateral de la casa.
«Bueno, creo que ya puedo irme… Aunque quizás debería espera al chico de Kusa» —pensó aquello mientras se escondía en un arbusto para vigilar el frente de la casa.
Aquello quizás fuera un poco de culpa, después de todo le utilizo como distracción, y bien sabía que si su escape fallaba, tendría un grave problema.
Antes de que cualquiera hiciera o dijera algo, el chico reacciono de manera extraña a sus propias palabras. Sin previo aviso se pudo apreciar como una luz emanaba desde sus pies, está definitivamente era una técnica ninja de desplazamiento. Ya que inmediatamente el chico rubio pego un brinco desde su silla, y luego de aterrizar, se dio a la fuga a toda velocidad, no sin antes darle un empujón al pelo blanco.
«Joer que rápido» —fue lo único que le dio tiempo de pensar.
Inmediatamente la mujer de la casa reacciono, y cual búfalo enojado, salió a la persecución del shinobi de kusa, luego de haber dado un grito casi gutural que sacudió a todos y a todo en la sala. Justo después de eso y mitad de la persecución el hombre se incorporo, solo para ver a Kazuma sentado a aproximadamente un metro de él.
«Joder» —pensó, cuando el gigante le intercepto la vista.
«Ahora la cosa esta difícil, bien podría intentar escapar como aquel chico… Pero no soy tan rápido, además si no frustran el escape las cosas se pondrán feas. Por otro lado, si el escapa y yo me quedo, voy a estar en graves aprietos»
«Bueno, creo que optare por la tercera opción… Dejare que le chico sea el señuelo mientras tomo mis cosas y me salgo por la ventana»
Con aquel precario plan en mente, el Ishimura se puso en acción.
Lo primero que hizo fue dirigir un gesto con el pulgar hacia arriba en señal de aprobación al gigante. Seguidamente se bajo de la silla, tomo sus cosas y se puso a caminar hacia la ventana. En ese instante le pareció notar una reacción en el hombre que ahora estaba a sus espaldas. Aunque con una persona de ese tamaño, sería difícil no notar cuando mueve su gran peso.
Sabiendo lo que podría pasar si le agarraban, decidió hacer lo que estuviese en sus manos para salir de ahí sin tener que lastimar a nadie. Por lo que se decanto por usar sus habilidades ninjas, en un instante junto sus manos y luego de tres simples sellos, ya no había un solo Kazuma, si no que había once que empezaron a moverse caóticamente como mosquitos al vuelo.
Aprovechando aquella brecha de tiempo creada por su distracción, el ojos grises corrió hacia la ventana, y con una precisión envidiable, salto a través de las misma sin siquiera tocar su bordes. Lo cual fue todo un logro, ya que a pesar de ser una casa de grandes proporciones, sus ventanas eran pequeñas, muy pequeñas para sus habitantes, pero suficientemente grandes para que un chico pasara por ellas.
«Mierda…» —pensó luego de que hubiera caído de cabeza en el jardín lateral de la casa.
«Bueno, creo que ya puedo irme… Aunque quizás debería espera al chico de Kusa» —pensó aquello mientras se escondía en un arbusto para vigilar el frente de la casa.
Aquello quizás fuera un poco de culpa, después de todo le utilizo como distracción, y bien sabía que si su escape fallaba, tendría un grave problema.