27/05/2017, 16:33
(Última modificación: 29/07/2017, 02:39 por Amedama Daruu.)
El compañero de Kusagakure pronto alcanzó su marcha. Daruu suspiró, más bien babeó un poco la mordaza. Con la adrenalina, no se había dado cuenta de que la llevaba todavía puesta. Se deshizo el nudo rápidamente y la escupió.
— ¡Joder! No sé como has hecho eso pero te debo una de las gordas. Gracias
»Sasagani Yota de Kusagakure, ¿Y tu?
—¡Amedama Daruu, de Amegakure! Me alegro de que hayamos escapado los dos. ¿Tienes idea de qué demonios se trataba eso? —Se agachó para esquivar la rama de un árbol—. Me quedé dormido al lado de mi hoguera, y de pronto aparecí aquí, amordazado. ¿Era una especie de tribu? ¿Todavía existen esas cosas?
— ¡Joder! No sé como has hecho eso pero te debo una de las gordas. Gracias
»Sasagani Yota de Kusagakure, ¿Y tu?
—¡Amedama Daruu, de Amegakure! Me alegro de que hayamos escapado los dos. ¿Tienes idea de qué demonios se trataba eso? —Se agachó para esquivar la rama de un árbol—. Me quedé dormido al lado de mi hoguera, y de pronto aparecí aquí, amordazado. ¿Era una especie de tribu? ¿Todavía existen esas cosas?