28/05/2017, 15:53
A Taeko le dio la impresión de que Ayame no sabía cómo responder ante el comentario de su padre, y ella misma agitó una mano.
”Cielos, no quería incomodarla. ¡Lo siento!” pensó mientras escribía otra nota a toda prisa para intentar calmar a la chica.
≫¡No te preocupes! Pasó hace mucho tiempo. Ni siquiera lo conocí.
Ayame, contestando a la otra nota de la peliplateada, dijo que le gustaba dibujar. Ante lo cual Taeko abrió la boca emocionada. No era raro encontrarse con un artista en los distintos pueblos y ciudades. Pero que allí, en el centro del mundo, se encontrase con una chica a quien le gustase dibujar parecía cosa del destino. No perdió tiempo y escribió otra nota.
≫¿Dibujas? ¡Qué genial! ¿Podrías mostrarme, por favor?
Le tendió la libretita y el carboncillo, pues solo le parecía justo que, después de haberle mostrado su práctica de shodō, Ayame le mostrara algo ella misma.
Sin embargo, por unos momentos la chica se distrajo: volteó a ver a las estatuas de los kages y murmuró algo acerca de querer saber más de lo que pasó. Taeko comenzó a sospechar que algo más pasaba. Ayame parecía una chica muy amable. ¿Podría ser que simplemente tenía un interés muy grande en la historia de los bijū y los kage?
”Tal vez es una obsesión… ¡O tal vez ella tiene algo que ver! Tal vez… ¡tal vez es descendiente de uno de los Antiguos Kages!”
Guardándose sus hipótesis, solo le hizo una nota a su compañera.
≫¿Estás bien? ¿Pasa algo, Ayame-san?
Luego volvió a ofrecerle la libretita, por si aceptaba dibujar para ella. De vez en cuando agitaba el pincel dentro del tintero, para evitar que el negruzco líquido se secara. Taeko no perdería sus sospechas para con Ayame, aunque no estaba muy interesada en indagar mucho.
”Cielos, no quería incomodarla. ¡Lo siento!” pensó mientras escribía otra nota a toda prisa para intentar calmar a la chica.
≫¡No te preocupes! Pasó hace mucho tiempo. Ni siquiera lo conocí.
Ayame, contestando a la otra nota de la peliplateada, dijo que le gustaba dibujar. Ante lo cual Taeko abrió la boca emocionada. No era raro encontrarse con un artista en los distintos pueblos y ciudades. Pero que allí, en el centro del mundo, se encontrase con una chica a quien le gustase dibujar parecía cosa del destino. No perdió tiempo y escribió otra nota.
≫¿Dibujas? ¡Qué genial! ¿Podrías mostrarme, por favor?
Le tendió la libretita y el carboncillo, pues solo le parecía justo que, después de haberle mostrado su práctica de shodō, Ayame le mostrara algo ella misma.
Sin embargo, por unos momentos la chica se distrajo: volteó a ver a las estatuas de los kages y murmuró algo acerca de querer saber más de lo que pasó. Taeko comenzó a sospechar que algo más pasaba. Ayame parecía una chica muy amable. ¿Podría ser que simplemente tenía un interés muy grande en la historia de los bijū y los kage?
”Tal vez es una obsesión… ¡O tal vez ella tiene algo que ver! Tal vez… ¡tal vez es descendiente de uno de los Antiguos Kages!”
Guardándose sus hipótesis, solo le hizo una nota a su compañera.
≫¿Estás bien? ¿Pasa algo, Ayame-san?
Luego volvió a ofrecerle la libretita, por si aceptaba dibujar para ella. De vez en cuando agitaba el pincel dentro del tintero, para evitar que el negruzco líquido se secara. Taeko no perdería sus sospechas para con Ayame, aunque no estaba muy interesada en indagar mucho.
SILENCE
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
¡Visita El rincón de traducción de Taekūran!
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