30/05/2017, 23:02
Los rumores de que la Uzugake había fallecido se regaron por todo Onindo, incluso en Amegakure resonó tal noticia que dejó a más de uno boquiabierto, sobre todo por la gran gama de detalle que se informó… Nadie supo, nadie vio, pero dijeron que estaba muerta.
En ningún momento esperé eso ¿Debía preocuparme? ¿Quién tenía el suficiente poder para acabar con un kage?¿Habría sido una enfermedad que le debilitó? ¿Se mantendría el acuerdo de paz entre las tres naciones y los demás países? Todas esas interrogantes volaron a mi mente en cuestiones de segundos.
Aunque traté de no inquietarme por las últimas novedades, decidí trasladarme hacia el país vecino, los habitantes del país del espiral debían saber un poco más del asunto y sí tenía suerte me encontraría con algún shinobi de Uzugakure, que seguro sabría uno que otro detalle.
En primer lugar me dirigí hacia el Valle del Fin, observé las figuras de los grandes héroes de la humanidad, aquellas leyendas que se habían encargado de reducir a aquella bestia de chakra. Después de admirar a los tres monumentos tomé un breve descanso, quizá contaba con un poco de suerte y me topaba con alguien que tuviera más detalles.
Unas cuantas horas pasaron y nadie apareció, debía seguir mi camino en busca de algunas respuestas. Minori era una buena opción porque estaba cerca de la frontera, pero era un pueblo pequeño, por lo que decidí ir a Ushi, que a pesar de que era otro pueblo tenía un poco de fe en lograr mi cometido en aquel lugar.
Una vez en Ushi busqué rápidamente información de los pueblerinos, pero mis ánimos bajaron mucho más que el subsuelo al haberle preguntado a dos o tres abuelitos y saber que ellos no le dieron importancia al asunto; ¿Es porque eran ancianos?
El día iba terminando y el viaje se iba alargando más y más. El sol ya no estaba y la luna empezaba a dominar en el firmamento, no obstante, la vida nocturna en aquel pueblo se mantenía viva como una pequeña flama en esa plaza pueblerina.
La voz femenina y un poco infantil llamó la atención de gran parte de las personas.
Cantó brevemente, no obstante, los espectadores quedamos en un leve trance al escuchar aquella voz angelical, fue una especie de éxtasis para todos los oyentes.”Que hermosa voz…”
—He estado haciendo invitaciones a lo largo de todo el país, dentro de dos noches daré un concierto en La Playa Tunel, es absoluta y totalmente gratis, sabré apreciar su presencia y ese será su pago, todos los que quieran ir están invitados.— Concluyó al saber que tenía toda la atención, estaba acostumbrada a que las miradas se posaran en ella, su voz no era lo único que destacaba, su cabellera plateada y ondulada que terminaba un poco más debajo de sus hombros, tu tez blanca, casi transparente y aquellos ojos rubí, que parecían brillar aún más cuando los mirabas fijamente.
La chica que sin presentarse salió de escena en compañía de dos personas más que apenas pude detallar, dos hombres la acompañaban.
El acto principal se terminó, los murmullos se manifestaron una vez está se desvaneció, más de uno había quedado maravillado y mis oídos escucharon como varios se ponían de acuerdo para asistir a aquel lugar, sí aquella chica cantaba así, el concierto prometía bastante.
Sí era cierto que ella realizó varias invitaciones a lo largo de todo el país, el concierto estaría minado de personas, era una buena idea, ir hacia la playa, escuchar el concierto y buscar información, tres pájaros de un tiro.
Esperé que llegase el día indicado, llegué mucho antes de que el sol se ocultara, pero sabía que debía esperar hasta el anochecer.
En ningún momento esperé eso ¿Debía preocuparme? ¿Quién tenía el suficiente poder para acabar con un kage?¿Habría sido una enfermedad que le debilitó? ¿Se mantendría el acuerdo de paz entre las tres naciones y los demás países? Todas esas interrogantes volaron a mi mente en cuestiones de segundos.
Aunque traté de no inquietarme por las últimas novedades, decidí trasladarme hacia el país vecino, los habitantes del país del espiral debían saber un poco más del asunto y sí tenía suerte me encontraría con algún shinobi de Uzugakure, que seguro sabría uno que otro detalle.
En primer lugar me dirigí hacia el Valle del Fin, observé las figuras de los grandes héroes de la humanidad, aquellas leyendas que se habían encargado de reducir a aquella bestia de chakra. Después de admirar a los tres monumentos tomé un breve descanso, quizá contaba con un poco de suerte y me topaba con alguien que tuviera más detalles.
Unas cuantas horas pasaron y nadie apareció, debía seguir mi camino en busca de algunas respuestas. Minori era una buena opción porque estaba cerca de la frontera, pero era un pueblo pequeño, por lo que decidí ir a Ushi, que a pesar de que era otro pueblo tenía un poco de fe en lograr mi cometido en aquel lugar.
Una vez en Ushi busqué rápidamente información de los pueblerinos, pero mis ánimos bajaron mucho más que el subsuelo al haberle preguntado a dos o tres abuelitos y saber que ellos no le dieron importancia al asunto; ¿Es porque eran ancianos?
El día iba terminando y el viaje se iba alargando más y más. El sol ya no estaba y la luna empezaba a dominar en el firmamento, no obstante, la vida nocturna en aquel pueblo se mantenía viva como una pequeña flama en esa plaza pueblerina.
La voz femenina y un poco infantil llamó la atención de gran parte de las personas.
—Hace muuuucho tiempo
En un pequeño puertooo
Había una niña que no se podía mover
Una historia existióó en un gran océano...
La leyenda de mil mares.-
En un pequeño puertooo
Había una niña que no se podía mover
Una historia existióó en un gran océano...
La leyenda de mil mares.-
Cantó brevemente, no obstante, los espectadores quedamos en un leve trance al escuchar aquella voz angelical, fue una especie de éxtasis para todos los oyentes.”Que hermosa voz…”
—He estado haciendo invitaciones a lo largo de todo el país, dentro de dos noches daré un concierto en La Playa Tunel, es absoluta y totalmente gratis, sabré apreciar su presencia y ese será su pago, todos los que quieran ir están invitados.— Concluyó al saber que tenía toda la atención, estaba acostumbrada a que las miradas se posaran en ella, su voz no era lo único que destacaba, su cabellera plateada y ondulada que terminaba un poco más debajo de sus hombros, tu tez blanca, casi transparente y aquellos ojos rubí, que parecían brillar aún más cuando los mirabas fijamente.
La chica que sin presentarse salió de escena en compañía de dos personas más que apenas pude detallar, dos hombres la acompañaban.
El acto principal se terminó, los murmullos se manifestaron una vez está se desvaneció, más de uno había quedado maravillado y mis oídos escucharon como varios se ponían de acuerdo para asistir a aquel lugar, sí aquella chica cantaba así, el concierto prometía bastante.
Sí era cierto que ella realizó varias invitaciones a lo largo de todo el país, el concierto estaría minado de personas, era una buena idea, ir hacia la playa, escuchar el concierto y buscar información, tres pájaros de un tiro.
Esperé que llegase el día indicado, llegué mucho antes de que el sol se ocultara, pero sabía que debía esperar hasta el anochecer.