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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Los rumores de que la Uzugake había fallecido se regaron por todo Onindo, incluso en Amegakure resonó tal noticia que dejó a más de uno boquiabierto, sobre todo por la gran gama de detalle que se informó… Nadie supo, nadie vio, pero dijeron que estaba muerta.

En ningún momento esperé eso ¿Debía preocuparme? ¿Quién tenía el suficiente poder para acabar con un kage?¿Habría sido una enfermedad que le debilitó? ¿Se mantendría el acuerdo de paz entre las tres naciones y los demás países? Todas esas interrogantes volaron a mi mente en cuestiones de segundos.

Aunque traté de no inquietarme por las últimas novedades, decidí trasladarme hacia el país vecino, los habitantes del país del espiral debían saber un poco más del asunto y sí tenía suerte me encontraría con algún shinobi de Uzugakure, que seguro sabría uno que otro detalle.

En primer lugar me dirigí hacia el Valle del Fin, observé las figuras de los grandes héroes de la humanidad, aquellas leyendas que se habían encargado de reducir a aquella bestia de chakra. Después de admirar a los tres monumentos tomé un breve descanso, quizá contaba con un poco de suerte y me topaba con alguien que tuviera más detalles.

Unas cuantas horas pasaron y nadie apareció, debía seguir mi camino en busca de algunas respuestas. Minori era una buena opción porque estaba cerca de la frontera, pero era un pueblo pequeño, por lo que decidí ir a Ushi, que a pesar de que era otro pueblo tenía un poco de fe en lograr mi cometido en aquel lugar.

Una vez en Ushi busqué rápidamente información de los pueblerinos, pero mis ánimos bajaron mucho más que el subsuelo al haberle preguntado a dos o tres abuelitos y saber que ellos no le dieron importancia al asunto; ¿Es porque eran ancianos?

El día iba terminando y el viaje se iba alargando más y más. El sol ya no estaba y la luna empezaba a dominar en el firmamento, no obstante, la vida nocturna en aquel pueblo se mantenía viva como una pequeña flama en esa plaza pueblerina.

La voz femenina y un poco infantil llamó la atención de gran parte de las personas.

—Hace muuuucho tiempo
En un pequeño puertooo
Había una niña que no se podía mover
Una historia existióó en un gran océano...
La leyenda de mil mares.-

Cantó brevemente, no obstante, los espectadores quedamos en un leve trance al escuchar aquella voz angelical, fue una especie de éxtasis para todos los oyentes.”Que hermosa voz…”

—He estado haciendo invitaciones a lo largo de todo el país, dentro de dos noches daré un concierto en La Playa Tunel, es absoluta y totalmente gratis, sabré apreciar su presencia y ese será su pago, todos los que quieran ir están invitados.— Concluyó al saber que tenía toda la atención, estaba acostumbrada a que las miradas se posaran en ella, su voz no era lo único que destacaba, su cabellera plateada y ondulada que terminaba un poco más debajo de sus hombros, tu tez blanca, casi transparente y aquellos ojos rubí, que parecían brillar aún más cuando los mirabas fijamente.

La chica que sin presentarse salió de escena en compañía de dos personas más que apenas pude detallar, dos hombres la acompañaban.

El acto principal se terminó, los murmullos se manifestaron una vez está se desvaneció, más de uno había quedado maravillado y mis oídos escucharon como varios se ponían de acuerdo para asistir a aquel lugar, sí aquella chica cantaba así, el concierto prometía bastante.

Sí era cierto que ella realizó varias invitaciones a lo largo de todo el país, el concierto estaría minado de personas, era una buena idea, ir hacia la playa, escuchar el concierto y buscar información, tres pájaros de un tiro.

Esperé que llegase el día indicado, llegué mucho antes de que el sol se ocultara, pero sabía que debía esperar hasta el anochecer.
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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#2
Un Kage había sido derrotado y muerto, la noticia ya había alcanzado a todo Oonindo, pero nadie sabia los por menores de aquel suceso. Al decir verdad, siempre y cuando no le tocara de forma personal, a la kunoichi del clan Sarutobi poco le movia saber que le había sucedido a aquel Kage.

Saya avanzada rápidamente entre los árboles junto a su hermana. Kaoru, la mayor de las Sarutobi debía cumplir una misión en alguna parte del país del Fuego y Saya decidió acompañarla para luego separarse de ella -Bueno...Aquí es donde nos separamos, nos vemos en casa mañana- dijo la mayor de las hermanas cuando llegaron a Tanzaku -Buenas suerte Nee-chan- saludo Saya, la más joven de las Sarutobi tenía planes de ir hasta Ushi pues había escuchado acerca de una cantante de una gran voz que estaría en aquella ciudad pero no sabia bien cuando, por desgracia, llego tarde a aquella presentación, ni lerda ni perezosa, preguntó por aquí y por allá si alguien sabía algo de una futura presentación y un habitante le dijo la fecha y lugar de la nueva presentación, Saya agradecida inicio el camino con tranquilidad hacia la playa túnel.

***

La kunoichi de Kusagakure llegó a donde le dijeron que era la playa, pero aunque escuchaba el sonido de las olas, no veía ningún mar, ni arena -¿Será algún genjutsu? - se preguntó en su interior y no fue hasta asomarse a una roca cuando vio lo que parecía ser una cueva en bajada hacia donde se escuchaban las olas -Okey...ahora entiendo porque "playa túnel"- se dijo sonriendo la Sarutobi mirando directamente al túnel.
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#3
El sol rompía el día penetrandose por los huecos de las persianas en la pequeña casa donde vivíamos mi hermanito y yo. Siempre me despertaba más temprano pero es manía quedarme acostado esperando que el pequeñín abriera sus ojos y le diera por molestarme ya que se ha auto nombrado "mi despertador" por eso siempre fingía la sorpresa. Entusiasmado saltó sobre mi y comenzó a alocarse.

- Rain, Rain. Despierta!! ...recuerda que hoy prometiste llevarme a la playa -

Decía gritando mientras me sacudía.

- Está bien. Está bien. Ya estoy despierto. -

Nos alistamos y partimos. Estuvimos bastante tiempo en la playa. Mi hermanito se lanzaba al mar y jugaba con las olas que le golpeaban, como también corría tras las gaviotas tratando de atrapar alguna. Mientras tanto yo lo vigilaba sentado en una de las rocas que adornaban la arena. Con la cara cubierta, como siempre, una camiseta y un short hasta las rodillas.
Podría ver no muy lejos de donde estábamos como un grupo de jóvenes contemporáneos conmigo armaban como si fuese un teatro improvisado o algo parecido. Por los carteles de promoción diría que será un concierto. La curiosidad hizo que me quedara esperando hasta que inicien el evento. Y allí me quede con mi hermanito, mientras hacía tiempo hasta que empiece la función.
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#4
Las horas transcurrieron de una forma lenta, incluso comencé a bostezar, no tenía las intenciones de quedarme dormido, pero no había mucho que hacer; me dirigí a los túneles con la finalidad de conocer un poco el lugar en donde sería el evento.

Las formaciones rocosas eran esplendidas, la roca era maciza y de un color agradable, variaba entre una gama de gris claro hasta gris oscuro, casi llegando a negro, el color más claro se encontraba en el interior y el más oscuro en el exterior. Los túneles eran los suficientemente grandes y amplios como para que una pequeña multitud de personas se encontrase allí; las entradas y salidas eran múltiples y todo estaba comunicado entre sí.

Di tantas vueltas que me declaré perdido, todo era igual por aquí y por allá, más pasillos… Finalmente me senté en la blanca arena y miré al techo, no había estalagmitas por lo que el sonido no sería un problema; terminé acostándome e inevitablemente terminé quedando dormido.

Estaba seguro que despertaría al escuchar el inicio del concierto, sería lo suficientemente ruidoso, ¿no? Sino podría incluso pasar de largo…


Al caer la noche todo se veía un poco diferente, se podía percibir la oscuridad del ambiente, pero los túneles estaban iluminados por varios faroles que estaban dentro de unas bolas de plástico, cada bola tenía un color diferente y le daba un aspecto diferente y cálido al interior del lugar.

La artista que había captado la atención de los habitantes del país del remolino ya se encontraba en lo que sería su escenario, una gran piedra blanquecina, casi del mismo tono que la arena, pero resaltaba con cierto brillo, además estaba totalmente adaptada para ser una tarima maciza. La plataforma estaría cercana a la playa por lo que el arrullo del mar daba una sensación única; el interior de los túneles estaba un poco cálido, pero el tan solo hecho de salir a la playa erizaría la piel de cualquier, el frío y las ráfagas que constantemente se manifestaban hacían una contraparte del ambiente interno.

El astro lunar se mantenía reinando sin la compañía de los cuerpos estelares, único y resplandeciente, en su fase menguante relucía esa noche, se reflejaba en el mar y ejercía su fuerza sobre la marea, que cada vez estaba más embravecida.

—Uuuhhh ~
Laaa laaa lala laaa ~


Se escuchó repetidas veces entre las paredes pétreas a forma de eco, aquello sería una especie de llamado, serviría de guía y calentamiento para aquella dama, quien vociferaría unas cuantas veces más para que todos los invitados conocieran su localización.

Las personas que estaban dispersas atendieron a su canto, cada uno de ellos se empezaron a dirigirse hacia el lugar de emisión de su voz, todos excepto un par…

— Nīchan hay alguien durmiendo aquí.— Comentó al mayor quien volteó a ver a su hermanastro para luego dirigirse y observar con sus propios ojos al dormilón.

El hermano mayor tomaría cartas en el asunto. —Tranquilo, vamos a despertarlo y todo estará bien.— Aseguró mientras movía levemente al cuerpo del pelirrojo.

Keisuke quien yacía produnfamente dormido no atendió ante el estímulo externo, además sí se fijaban un poco más en su persona un delgado hilo de saliva escurría entre sus labios demostrando que no despertaría pronto, no con ese tipo de acciones.
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#5
Una vez localizada la cueva de donde provenían los sonidos a oleaje, la kunoichi de la hierba trató de bajarse Hasta el fondo haciendo uso de todo lo que tenía a mano: con su mano izquierda se sostenía de las rocas, con su derecha iba clavando su kunai en distintas hendiduras y sus pies bañados en chakra los utilizaba para la caminata vertical.

La chica se había tardado bastante en bajar, ya estaba oscuro y dentro de las cuevas ya no sabia que dirección era la correcta, al fondo de pasillo cavernoso escuchó algo que la alivió murmullos de gente reunida...mucha gente reunida, al llegar junto a los demás reunidos allí la joven ninja vio como la instancia estaba iluminada por luces que provenían de diferentes faroles. El lugar se veía agradable y ahora se sentía más tranquila en la seguridad de la multitud, de tanto en tanto se lograba oír la melodiosa voz de aquella persona a quien veía a ver, claramente aún no saldría al escenario de roca, solo era un calentamiento, pero la gente...incluida Saya, alucinaban.

-Ya estoy aquí, solo es cuestión de tiempo para que se presente - se dijo a sí misma en pensamientos, tenia verdaderas ganas de verla.
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#6
La noche estaba apoderándose del día lentamente. La temperatura que el viento traía iba bajando y mi hermano seguía saltando y jugando como si para el hubieran pasado solo minutos. Menos mal que nos hemos estado alimentando con algunas meriendas fuertes que traje de la casa y de uno o que otro vendedores de chucheria. Durante mi estancia pude notar como tantas personas venían al evento que supuestamente estaban haciendo en el lugar.

Me paro de la piedra cual había estado sentado. Siento que mi espalda y mis pompas recién despiertan de una sumbada preocupante, haciéndolas estirar con gestos bruscos. Enseguida voy donde el pequeño hace sus siluetas con la arena y le propongo terminar la noche en aquella cueva donde se reunía tanta gente, al menos por curiosidad. Tomándolo de la mano caminamos sobre rocas para llegar a la locación.

Apenas haciendo entrada puedo observar como dos sujetos se llevan a otro boca abierta y noqueado, a juzgar por su aspecto puedo concluir que esta en su séptimo sueño e incapacitado.
Seguimos caminando y logramos penetrarnos entre la multitud, quienes esperaban con ancias la aparición de la artista, al menos eso deduzco.

Veo a una joven enfrente, al parecer, la que ha hecho entrada reciéntemente antes de mi. Con mucho respeto y sin soltarle la mano a mi hermano que aún está perdido, el pobre no sabe ni dónde está ni que está haciendo, le toco el hombro a la chica para llamar su atención mientras le dirigía mis palabras.

- Hola. ¿Me puede decir de que trata todo esto? ¿Es un concierto? ¿Una obra de teatro? -

De las paredes resuenan cantos intermitentes, cuales ecos embellecen aún más el ambiente que se tiñe de tranquilidad y relajamiento. Enseguida me viene a la mente, aún sin escuchar la respuesta de la joven, una mujer vestida de un azul medio transparente vestido largo que baila entre las olas de la oscuridad y hace siluetas con la tela. En mis ojos se puede notar que estoy y no estoy en este plano astral, soñando despierto por solo segundos.
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#7
—Hey… Despierta.— Dijo a la par que le movía un poco más fuerte, justo por el hombro . Sin embargo, Keisuke no atendía a estímulos tan leves. El hermano mayor que fue bastante paciente estaba decidido en despertar a aquel pobre chico dormido fue aumentado los movimientos y los llamados, respectivamente.

El hermano pequeño, quien escuchaba el llamado de la artista, estaba impaciente. —Ya va a empezar, mejor vamos!— Dijo con afán, halando al mayor de un brazo, pero éste lo volvería a intentar.

—Voy, voy, una vez más.— Pero sus palabras quedaron ahí, el pequeño decidió por sí mismo y pisó el abdomen del pelirrojo fuertemente.

—Aaghh.— Balbuceé tras despertarme por el golpe en mi estómago, me retorcí girándome al lado contrario de aquellos sujetos.

—Vamonos! Corre!— Vociferó mientras hacía un esfuerzo sobrehumano para halar a su pariente, quien finalmente terminó cediendo y ambos se perdieron en dirección de la multitud.

”¿Qué demonios le pasaba a ese par?” Me dije aún con las manos en mi barriga. Esperé unos minutos ahí acostado, la arena era cómoda, pero la voz que se escuchaba a todo mi alrededor me llamaba, literalmente.


—Buenas noches a todos, me alegra tenerlos aquí.— Expresó con una sonrisa. Esa noche ella vestía con un yukata blanco perlado y un obi rojo, el cual resaltaba sus ojos, unos colgantes de cristal azul y un fino collar de algún metal precioso que imitaba al brillo dorado del oro. Su cabello plateado estaba totalmente suelto y liso, un flequillo cubría parte de la frente, en dirección a la derecha, justo a la par de la ceja.

—¿Están preparados para deleitarse?—

La multitud, que serían unas 50 personas aproximadamente, apoyó a la artista con algunos gritos y alzas de mano, cosa que hizo más feliz a la fémina.

—Genial, los que gusten pueden tomar asiento.— Tras mencionar aquellas palabras de la arena frente al escenario empezaron a emerger pequeñas rocas en forma de circular y de superficie lisa, no era lo más cómodo pero era suficiente para que los que quisieran se sentasen ahí o en la arena, si querían.

—Por cierto, que aún no me he presentado, soy Kim.— Manifestó y realizó una reverencia. El público se mantenía en silencio ya que el acto empezaría pronto.

Tonto el que no entienda, cuenta una leyenda
Que una hembra amekiana
Conjuró a la luna hasta el amanecer
Llorando pedía al llegar el día desposar al Amekage
Tendrás a tu hombre, piel morena,
Desde el cielo habló la luna llena
Pero a cambio quiero el hijo primero
Que le engendres a él
Que quien su hijo inmola para no estar sola
Poco le iba a querer
Luna, quieres ser madre
Y no encuentras querer que te haga mujer
Dime, luna de plata, ¿qué pretendes hacer
Con un niño de piel?
De padre canela nació un niño
Blanco como el lomo de un armiño
Y los ojos grises en vez de aceituna
Niño albino de luna…

El amekiano al creerse deshonrado
Se fue a su mujer, cuchillo en mano
¿De quién es el hijo? Me has engañado fijo
Y de muerte la hirió
Luego se hizo al monte con el niño en brazos
Y allí le abandonó
Luna, quieres ser madre
Y no encuentras querer que te haga mujer
Dime, luna de plata, ¿qué pretendes hacer
Con un niño de piel?
Hijo de la luna
Y las noches que haya luna llena
Será porque el niño esté de buenas
Y si el niño llora menguará la luna
Para hacerle una cuna
Y si el niño llora menguará la luna
Para hacerle una cuna.


Una canción con un gran significado, la tonada era lenta y envolvente, cada uno de los presentes podía sentir como si hubiera visto o vivido en carne viva lo que ahí se cantó.

Justo a la mitad de la primera canción llegué al lugar, había mucha gente, algunos de pie y otros sentados, todos en silencio observando a Kim, quien tenía toda su atención.

A los costados de la tarima se encontraban dos grandes piedras, que escondían dos personas más.


1- Atentos a lo que escribo, que Kim estaba en el escenario desde el post anterior e.eU
2- La canción se llama Hijo de la Luna de Mecano, por sí la quieren escuchar xD, hice unos muy pequeños, pero no más.
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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#8
La joven con la que intenté interactuar ni se inmutó a responderme. Por este tipo de cosas es por la que no soy muy sociable con la gente. Ya me había cruzado los cables, pero como andaba con Shisui, mi hermanito, mi reacción fue moverme hacia otro lado ignorando lo que había hecho esa.

Segundos después la cantante comenzó a hacer su primer espectáculo cuál para mí fue espectacular y mi pequeño hermanito parecía también disfrutarlo por su carita de sorprendido, a la misma vez despistado.

Al culminar la canción me miró y jalando mis telas trató de llamar mi atención.

- Nichan, ¿que fue lo que quiso decir la cantante en esa canción? -

Por dentro de mi no podía aguantar las ganas de reír, aunque por fuera seguía siendo el mismo material de siempre.

- Nada de otro mundo. Es solo lírica de despecho. -

Le dije abiertamente para no tener que explicarle la historia de la canción. Pero un sujeto que tenía a mi lado me miró con cara de habilidoso, intentando desirme con su mirada lo tonto que había sido por no entender la canción. Pero, mi mirada no quedó callada y al alzar mi cabeza y dirigirle mis pupilas fijamente, este se dio cuenta que su comentario era desechado al abismo con solo mirar la bandana que colgaba en mi cuello. El sujeto caminó entre la gente y desapareció de nuestra vista.
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#9
Tras recuperar el aliento llegué a la sala indicada, muchas personas se habían acercado para presenciar nuevamente la cautivadora voz de la chica, incluyéndome a mí también.

El lugar me agrado, la mayoría de los invitados parecían cómodos en aquella base de piedra blanca, excepto un par... Mis ojos se fijaron en él, el mayor, un chico que parecía estar envuelto hasta el rostro, por no decir que solo se apreciaban sus ojos, y quizá algún familiar o un amigo, un niño mas pequeño que estaba muy cerca a él. No destacó por su vestimenta sino porque eran los único que no estaban sentados.

Observé la piedra que hacía de tarima y la presencia de Kim captó mi atención, esta noche se veía totalmente... hermosa.

Caminé cercano al ninja de Uzu, después de todo lucía su bandana en su cuello; así como yo lucía la mía en mi frente; y me senté en el circulo rocoso que estaba en sus cercanías, era uno de los pocos libre, los puesto más cercanos a la cantante estaban totalmente llenos.

—Espero no haberme perdido mucho.— Comenté tras obsequiarle una breve sonrisa al par y posar mis ojos en Kim.

Por su parte la actriz no despegó los ojos del recién llegado y en la pareja que aún no se sentaban. —Al parecer ya estamos todos.— Agregó tras ver mi presencia en su sala. —Por farvor, ponganse cómodos...— Abrió sus brazos y insistió a Rain y a su hermano. Las plazas estaban contadas y las "sillas" no debían sobrar ni faltar.

El Uzureño cedería a la petición de las ojos rubí y su hermano también, ya que ambos sentirían cierta presión por parte de la chica que no iba a desistir hasta que ambos se sentasen.

—La siguiente canción es una de mis favoritas, escuchen con atención.— Sonrió y tras carraspear un poco empezó cantar.

El sonido inundó nuevamente el lugar, cada uno de los asistentes podría sentirse embriagado ante la voz de Kim, y repentinamente los civiles fueron desvaneciéndose uno a uno y los únicos que quedarían lúcidos serían ese ninja de Uzu que estaba a mi lado y mi persona, porque incluso su acompañante cedió fácilmente.

Era evidente que algo había oculto, ya que en el momento en que empezó la segunda interpretación cada uno de los presentes sintió como la vista se nublaba parcialmente y luego totalmente, Keisuke y Rain no serían la excepción; aquella sensación de que su respiración les costaba y su pulso parecía desaparecer empezaron a molestarles y el sudor viajaría por sus rostros. Ambos estaban a punto de desmayarse, tenían un poco más de resistencia que los demás y sí descubrían cual era el truco podrían salir aireados.

Por mi parte, al empezar a sentir todos aquellos cambios e incluso unas nauseas y mareos me prepararon psicologicamente para venirme en vómito en cualquier momento, no había reparado en que varios se desvanecieron hasta el momento en que puse mi mano en la arena y pude recobrar un poco la visión, que aún estaba semi-nublada; puse mi otra mano fuera de la base de tierra y mejoré un poco más.

"¿Que pasa aquí?" Fue lo primero que pensé.
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#10
En realidad no me sentía siendo el ojo del universo estando parado porque en realidad pensaba quedarme por muy poco tiempo. De repente todo pareció cambiar. Un shinobi de Ame, sabiéndolo por la banda que traía en su frente, se acerca y toma asiento en una roca cerca donde estabamos Shi y yo. Este hace un comentario que como no le presté atención, no lo pude escuchar bien.

Lo que si pude escuchar perfectamente y claro, fue cuando la cantante se dirigió a nosotros por el altavoz, en ese momento si me sentía el centro del universo, cuando todas las miradas se redirigieron hacia mi.

- ¿Que carajo? Voy a desgarrarle la garganta a esta - Fue lo primero que me vino a la mente.

Me sentí en una presión tan pésima que no podía evitar. Ya estaba apunto de girar y marcharme pero noto un descuelgue del brazo cuál sujetaba a mi hermanito. Efectivamente, al mirar hacia él, ya había tomado asiento y me jalaba del brazo para hacerme sentar en la piedra que llevaba emerjida por rato, con la cara tan roja de tomate por la pena que sentía.

- A esta la voy a decapitar, y luego le coseré la cabeza para volverla a decapitar - Pensaba mientras tomaba asiento en la roca esa.

Segundos después, dijo unas palabras y comenzó a cantar de nuevo.
Está canción si que estaba profunda, pero empecé a sentirme mal repentinamente. Y mientras más pasaban los segundos más mal me sentía. Todo a mi alrededor se veía borroso, apenas podía ver a mi hermano, y las palabras no podían salirme porque me ahogaba. Todo lo que podía escuchar era la maldita cansino de esa mujer que subía y subía su volumen y aunque sonaba muy tierna, ya su voz me daba hast dolor de cabeza, quería que se callara en realidad. Intento ponerme de pie, como un perro nadando en contra de la corriente contra grandes olas. Desesperado y con mis piernas temblando. Apenas podía pararme, como si un peso mayor jalara mi cuerpo hacia el núcleo de la Tierra. Jorobado me quede hasta ahí podía, y la voz de esa mujer con su maldita canción seguía molestándome aún más.
Trate de buscar a Shishio con mis manos que atravesaban una silueta de el que apenas lograba ver. Como si mi hermano fuese intangible. Hasta poco a poco perder por completo la visibilidad de el.

- ¡Shishio! - Grito en silencio porque las palabras no me salían.

Pero, por un momento deje de preocuparme por mi. Olvide que estaba en la cueva en un concierto y todo lo que en mi cabeza podía caber era la pregunta "¿Donde cojones está mi hermano?"
Hasta se me había olvidado el maldito malestar, y la voz de la cantante en mi cabeza se escuchaba lejos.
La sangre se me calentó y se me quería reventar las venas, mientras los segundos pasaban y mi hermano seguía desaparecido.

Ya la canciónsita, el concierto, el shinobi de al lado, y la puta gente, me valió madre. No se de donde saque las fuerzas para redirigirme a la actriz Kim, y con un disparo de fulminante odio le lancé el grito que no podría dejar por sentado.

- ¡Cállate la maldita boca! - está vez si me salió la voz, dirigiéndome a la cantante.

Con las mismas fuerzas me giré hacia todos lados buscando a mi hermanito pero todos parecían haberse desvanecidos, excepto el shinobi de Ame anteriormente visto. Que lo podía presenciar cómo tirado en el suelo luchaba por levantarse, lo mismo que me ha pasado a mi.

Por supuesto, pensé de momento; - ¡Esto tiene que ser un maldito Genjutsu! - enseguida trate de desplazarme hacia el shinobi pero mis movimientos eran demasiados forzados y lentos, aunque poco a poco podía retomar el control de mi mismo.
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#11
Mantuve mis manos posadas en la arena, sentir aquellos diminutos granos fríos me sirvieron de algo, recuperé la visión y mi respiración llegó a normalizarse lentamente, como bien había visto todos a nuestro alrededor estaban desmayados, a excepción de otro shinobi.

- ¡Cállate la maldita boca! -

Éste pareció explotar, y a pesar de que se irguió su respiración, el sudor, su vista y todos los demás síntomas se mantuvieron intactos.

Gateé lentamente, sabía que la cantante tenía los ojos puestos sobre nosotros, pero debía descubrir que sucedía.

—Jajaja.— Rió y sonrió demostrando una cara siniestra. Evidentemente le canto lo había interrumpido pero todos los efectos seguían en el cuerpo de los únicos conscientes. —No seas idiota, no es la canción.— Escupió, su voz dejo de ser delicada y suave para volverse tosca. —Al parecer él si lo entendió, pero ya es un poco tarde.— Reparó en Keisuke, quien había salido del montículo pétreo.

Una vez perdí el contacto con la roca, todo pareció volver a la normalidad, las nauseas, mareos, mi visión se normalizó. Me acerqué lentamente hasta Rain y le empuje, quizá lo tomaría de mala manera, pero sí él perdía el contacto quizá mejorase su situación. —Son las piedras.— Expliqué brevemente.

—Ya tenemos suficiente.— Una voz masculina se escuchó detrás del escenario, justo por donde estaban las enormes piedras.

—Kim, encargate de ellos, no debemos dejar testigos.— Expresó un tercero, la voz procedía del mismo lugar que la anterior, y juzgando sus palabras sus acciones no serían amigables.

—Entendido, me divertiré un poco con estos pendejos.— Sin dudarlo dejó el escenario y caminó tranquilamente hasta estar frente a ambos. —Y se hacen llamar shinobis.— Les insultó tras observar el brillo de sus placas.

La femenina subió su vestimenta y se hizo con un ninjato, los ojos rojos de Kim estaban hambrientos de sangre y ansiosos por terminar lo más rápido posible.

Al ver como la cantante se acercó a nuestra posición, busqué rápidamente un par de shurikens y los lancé hacia ella, las estrellas metálicas volaron en su dirección, pero ella no se inmutó ni se preocupó por ellas, a la final pasaron de largo perdiendo su rumbo, miré mi mano y estaba temblorosa, solo un poco, pero lo suficiente para que mi tiro se viese afectado.

—¿Pensabas que podrías detenerme con eso?.— La chica caminó en dirección al pelirrojo.—Supongo que empezaré contigo.— De forma imponente se acercaba al médico, quien aún no se terminaba de reponer de aquella sensación.
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#12
Observando cómo el otro shinobi se había recuperado y caminó hasta mi posición para empujarme. Al empujarme mi cuerpo sintió un alivio tremendo. Mis dudas comenzaban a atacarme hasta que de momento escuche las palabras del shinobi, que me explicaba el verdadero origen de los malestares.

Luego se creo una intensa aura negativa que olía a batalla. Lo primero qué pasó por mi mente fue agarrar a mi hermano y salir del lugar mientras todos luchaban. Pero mi reflexión no tenía sentido al escuchar voces de terceros y cuartos, al ver también como la supuesta cantante se quitó la máscara mostrando que era una maldita bandida con habilidades, y habilidades muy buenas.

Entonces, calcule que sería imposible de salir del local si esa asesinase al pelirrojo y luego vaya por mi, más aún sería mucho más fácil asesinarnos por separados, asique decido quedarme para pelear lado a lado con el otro shinobi que no conocia.

De repente el ninja de Ame provoca al rival haciendo que este vaya a por el de primero, pero no podía arriesgarme a que fuese eliminado tan rapido asique agarre una roca del suelo y la lance hacia la mujer con todas mis fuerzas impidiendo al menos su trayectoria e impulso hacia el pelirrojo.

- Oye tesoro. Piensa en cómo encargarte de nosotros juntos. Será una muy mala idea atacarnos uno por uno. - Decía mientras me sacudía el polvo y caminaba a una distancia más cercana al pelirrojo.
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#13
Rain corrió con suerte y se hizo con una piedra, la roca voló en dirección a Kim, pasó de largo dividiendo el camino entre ella y el pelirrojo.

- Oye tesoro. Piensa en cómo encargarte de nosotros juntos. Será una muy mala idea atacarnos uno por uno. -

—Me dan asco, son dos shinobis. Y yo, una señorita... ¿Debo encargarme de ambos al mismo tiempo?— Levantó la voz ante aquella sorpresa. —Lo haré con gusto.— Concluyó y se lanzó en linea recta hacia Keisuke, el brillo de su filo se encontraba en la diestra y realizó un ligero movimiento volcando la punta en dirección al cuello del pelirrojo.

Mi reacción estuvo a tiempo, me tumbé en la arena, evitando su mortal ataque y le respondí con una patada dirigida al tronco, pero la cantante demostró sus reflejos y saltó, como sí su vestimenta no le impidiese realizar ningún movimiento, ésta volvió a dirigir el filo del ninjato hacia el shinobi que estaba justo debajo de ella, o sea a mi persona.

Mi única opción fue rodar entre la arena, el filo beso mi mejilla y una linea delgada roja brillante se manifestó en mi rostro, demostrando que sus ataques iban en serio.

Me incorporé unos breves segundos, en los cuales Kim sacó su daga de entre la arena. —Que paciencia la tuya, pensaba que iban a pelear los dos contra mí, a este paso primero acabo con la vida de este infeliz.— Expresó refiriéndose al médico.

—¿Qué quieren? Podemos irnos y fingir que no hemos visto nada.— Solté, tenía que ganar un poco de tiempo, lo suficiente para hacer un plan.

—JAJAJAJA QUE ILUSO.— Elevó totalmente su voz, parecía como sí su personalidad tuviera cambios espontáneos. —¿Qué te hace pensar que vamos a confiar en ustedes?— Se volteó a Rain, no se había olvidado de su presencia.

Actualmente la chica se encontraba justo entre ambos shinobis, sí el ninja de uzugakure no se hubiera dado un postín caminando habría estado a la par que el de Amegakure.
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen
Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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#14
Al parecer no me hiso caso la Kim cuando traté de llamar su atención con la roca. Está mujer iba aferrada a atacar al shinobi pelirrojo. Igual aún observé sus movimientos y como su sombra se movía, mientras se lanzaba contra mi nuevo compañero de batalla. Calculándola, me di cuenta que tenía muy buenas habilidades en cuerpo a cuerpo y mi compañero apenas podía mover un dedo para contraatacarle. Entonces aproveche que la tenía cerca, mientras tenía el encuentro con el ninja de Ame, agarré un kunai de mi bolsa y le moldee de chakra, para lanzarselo directo a sus pies, con varios objetivos.

El primer objetivo y más importante era que al esquivarlo atrapase su sombra, dado al cálculo previo realizado de sus movimientos y la posición de la misma, para realizar la técnica Kage Shuriken no Jutsu.

El segundo objetivo y no menos importante era que el kunai atraviese su pies para quedar anclado en el suelo.

Tercero y más lógico, el kunai viene desde muy bajo, y si la señorita (como ella dice) decide desviarlo con su ninjato, deberá moverse hacia mi posición aunque sea un poco. Y se deberá girar completamente hacia mi, dándome la cara, y si ese fuese el caso, tenía preparado ya mi tanto para realizar el Iado: Nikkou y dejarla ciega por segundos para que el primer objetivo sea efectivo, está técnica es una técnica muy veloz que se antepone ante cualquier movimiento.

Puede que exista el caso de que sea mucho más inteligente que yo y haya planificado otra estrategia para impedir todo el enlace de movimientos míos. Por eso me mantengo alerta.
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#15
Kim vio perfectamente como Rain lanzaba aquel objeto corto-punzante, un kunai no supondría dificultad alguna, la joven dio un paso atrás y el arma siguió de largo con dirección al pelirrojo.

—Hey, se supone que estoy de tu lado!— Exclamé tras evadir la cuchilla, al parecer el shinobi de Uzugakure no había sacado bien sus cálculos.

—Claro pudiste haberle mal herido, es una desgracia tenerte como compañero.— Expresó con intenciones de avivar las llamas. Sin intención de permitir más descanso a los ninja, Kim lanzó su sable en línea recta, directo al rostro del que acababa de arremeter contra ella, Itami. De la misma manera se lanzó tras él, sí esquivaba el misil, que era lo que la oji rubí esperaba, lanzaría un gancho con su diestra justo a su abdomen.

Rápidamente corrí tras ella, debía apoyar a aquel desconocido, no porque me cayese bien sino porque no me gustó para nada la trama que había montado la femenina para atraer gente, aún no sabía cuál era su objetivo y al parecer no lo revelaría fácilmente, no por el momento.

Una vez la alcancé, justo por la espalda, lancé un puñetazo justo a su dorso, un golpe energizado como me gustaba decirle, que la bombeó hacia delante de manera inevitable y por la cercanía de ésta con Rain, terminaría llevándole a él también. Saqué un kunai y me acerqué con intención de poner fin a aquel enfrentamiento; puse el filo en su nuca. —¿Vas a hablar ahora o no?—

—No crean que han ganado.— La chica se clavó el kunai a conciencia en el cuello y su cuerpo se deshizo en múltiples granos de arena.

—Se fue.— Dije tensando la mandíbula y guardando el arma, se le había escapado.


—No quieren testigos pero no ayudan en nada.— Reclamó a los hombres.

—Se supone que tú tienes que encargarte del trabajo sucio.— Respondió por ambos.

Las tres figuras se marcharon de la playa sin dejar rastro ni huella, su cometido estaba cumplido y era todo lo que ameritaban, aunque no lo habían hecho como debían, pues quedaron cabos sueltos…
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