1/06/2017, 00:55
Una vez Mogura terminase ambos caminaríamos con rumbo hacia Coladragón, mi curiosidad de conocer que era eso que había traído para el viaje no se sació ante su respuesta tan poco detallada, no parecía propio de él, después de todo parecía querer hacerlo todo de forma tan correcta y tradicional, ¿qué le costaba decir que comida trajo?
No obstante, de la misma manera en que le pregunté me devolvió la pelota. —Pues yo también traje agua y comida.— Expresé como sí no hubiera deducido ya que él había llevado importante como eso, pero como yo era diferente a él compartí aún más.—Algunos utensilios de jardinería, una pala y tijera, como no sabemos que es lo que necesitamos de esa planta podríamos traerla con su raíz.—
Tras pensarlo unos escaso segundos agregué.—¿Y por qué no? Traer unas cuantas plantas hacia la villa no vendrá mal, estoy seguro que a Sora-sensei las aprovechará al máximo, incluso podría enseñarme a hacer algo con ellas.— Otra duda surgió, era lo mejor, mantener una conversación, sí es que a Manase le parecía, sino no buscaría avivar una chispa que no iba a encender…
Sin embargo, lancé mi última pregunta, por el momento.—¿Tú sabes hacer algún antídoto o veneno?— Hice una breve pausa que no duró más de tres segundos, no tendría chance alguno para responder.—¿Prácticas el iryonin sólo o tienes un sensei?— Después de todo había escuchado de personas que desarrollaban sus habilidades practicando como un ermitaño, sólo con el pergamino que explicaba las técnicas detalladamente. Por mi parte preferí un camino un poco más “fácil”, puesto que una persona que dedica unas cuantas horas a atenderte viene bien también.
Traté de entablar conversación a lo largo del trayecto, ¿Mogura sería lo suficientemente receptivo para seguir la charla? Sino el camino a Coladragón mucho más largo y aburrido.
No obstante, de la misma manera en que le pregunté me devolvió la pelota. —Pues yo también traje agua y comida.— Expresé como sí no hubiera deducido ya que él había llevado importante como eso, pero como yo era diferente a él compartí aún más.—Algunos utensilios de jardinería, una pala y tijera, como no sabemos que es lo que necesitamos de esa planta podríamos traerla con su raíz.—
Tras pensarlo unos escaso segundos agregué.—¿Y por qué no? Traer unas cuantas plantas hacia la villa no vendrá mal, estoy seguro que a Sora-sensei las aprovechará al máximo, incluso podría enseñarme a hacer algo con ellas.— Otra duda surgió, era lo mejor, mantener una conversación, sí es que a Manase le parecía, sino no buscaría avivar una chispa que no iba a encender…
Sin embargo, lancé mi última pregunta, por el momento.—¿Tú sabes hacer algún antídoto o veneno?— Hice una breve pausa que no duró más de tres segundos, no tendría chance alguno para responder.—¿Prácticas el iryonin sólo o tienes un sensei?— Después de todo había escuchado de personas que desarrollaban sus habilidades practicando como un ermitaño, sólo con el pergamino que explicaba las técnicas detalladamente. Por mi parte preferí un camino un poco más “fácil”, puesto que una persona que dedica unas cuantas horas a atenderte viene bien también.
Traté de entablar conversación a lo largo del trayecto, ¿Mogura sería lo suficientemente receptivo para seguir la charla? Sino el camino a Coladragón mucho más largo y aburrido.