28/06/2015, 15:30
El Ishimura era testigo de lo que parecía ser todo un espectáculo de circo.
Mientras disimuladamente se escondía entre algunos arbustos, pudo ver como el joven de cabellos rubios salía por la puerta principal, deslizándose cual veloz serpiente. Pero aquel joven no iba solo, pues de tras de él iba corriendo aquella autoritaria mujer.
La señora no podía ni por asomo alcanzar la velocidad de su fugitivo, pero con toda seguridad, se podían sentir sus enormes zancadas, tal era su peso y su tamaño que al correr hacia meya en la tierra misma.
«Joder, se que está mal, pero verlos correr en círculos alrededor de la casa se me hace hasta gracioso» —pensó él, aunque con algo de culpabilidad en su ser.
«Bien podría irme ahora, pero no me parece correcto dejar abandonado a aquel chico»
«Además, me causa mucha curiosidad aquella manera de moverse que tiene. De ser posible me gustaría preguntarle al respecto, jamás había visto nada parecido»
Mientras pensaba en todo aquello, el hombre salió de la vivienda y se unió a la persecución del chico, teniendo en cuenta de que hasta que se detuvieran todos, el mismo no podría hacer nada, decidió que esperar sería lo mejor. Por lo que se levanto y decidió sentarse en la base de un tronco cortado que estaba enfrente de la casa.
Para su suerte, todos estaban tan concentrados en la carrera, que nadie parecía notar que él estaba sentado observando todo.
Mientras disimuladamente se escondía entre algunos arbustos, pudo ver como el joven de cabellos rubios salía por la puerta principal, deslizándose cual veloz serpiente. Pero aquel joven no iba solo, pues de tras de él iba corriendo aquella autoritaria mujer.
La señora no podía ni por asomo alcanzar la velocidad de su fugitivo, pero con toda seguridad, se podían sentir sus enormes zancadas, tal era su peso y su tamaño que al correr hacia meya en la tierra misma.
«Joder, se que está mal, pero verlos correr en círculos alrededor de la casa se me hace hasta gracioso» —pensó él, aunque con algo de culpabilidad en su ser.
«Bien podría irme ahora, pero no me parece correcto dejar abandonado a aquel chico»
«Además, me causa mucha curiosidad aquella manera de moverse que tiene. De ser posible me gustaría preguntarle al respecto, jamás había visto nada parecido»
Mientras pensaba en todo aquello, el hombre salió de la vivienda y se unió a la persecución del chico, teniendo en cuenta de que hasta que se detuvieran todos, el mismo no podría hacer nada, decidió que esperar sería lo mejor. Por lo que se levanto y decidió sentarse en la base de un tronco cortado que estaba enfrente de la casa.
Para su suerte, todos estaban tan concentrados en la carrera, que nadie parecía notar que él estaba sentado observando todo.