28/06/2015, 22:30
El rubio había cumplido con toda expectativa su cometido. Al menos eso pensó. Tenía en mente irse, dejar que ese chico se hiciera responsable de aquello que había liado, y ele.... todos tan contentos a casita. Pero no. De un momento a otro, el peliblanco no quedó conforme. Él tenia que poner la puntillita sobre la madera, tenía que colmar el vaso con la última maldita gota de agua...
El individuo recriminó al Yotsuki que todo había sido su culpa y responsabilidad, así, sin preámbulos. Pero lejos de callarse, lo que hizo fue enumerar los supuestos fallos que había tenido el de Kusa. Continuó diciendo que el primero en usar trucos de ninja había sido él, y en la casa de dos civiles. Así mismo, comentó que el primero en dañarlos había sido él, pues hacerlos correr quizás podía ocasionarle daños en las articulaciones. Zukamane se paró ipso facto, giró y buscó con sus ojos color cielo al peliblanco. Alzaba una ceja, incrédulo ante la sarta de gilipolleces que estaba soltando ese chico.
"¿Pero qué coño dice? ¿De verdad habla en serio?"
El Yotsuki tenía pensado contestar a esas palabras necias, pese a que lo que debía era poner oídos sordos. El chico terminó de enumerar esas dantescas idioteces, y por esos segundos, el de Kusa se llevó la diestra a la cabeza. Con el dedo indice comenzó a gesticular un torbellino, apuntándose a la sien. Claramente le estaba indicando a su "compañero" que estaba majareta.
— Chico, el calor te ha afectado a la cabeza... debería ir a ver un médico. —
Creía que todo quedaría en eso. Pero de nuevo se equivocó. El peliblanco se las tenía bien guardadas, era un liante de gran calaña. Con toda la cara del mundo, fue a insultar o meterse con una aldea entera. No tuvo demasiada suerte con ello, pues si de algo padecía el Yotsuki era de benevolencia con aquellos que se metían con sus hermanos. De ninguna manera, ahora era cuando sí que la había liado gorda.
"Dios... las has liado parda, chaval..."
Zukamane mostró lo que parecía ser una sonrisa. De hecho, hasta se le escapó una ligera risa con ésta. La vena que recorría su sien se hinchó hasta límites insospechados, y su mano bajó hasta la posición mas baja. Entre tanto, sus orbes no dejaban de enfocar su objetivo.
La poca distancia que por suerte o desgracia los separaba, sería mas que escasa para darle ocasión al chico a huir. Rápido y ágil cual pantera, el rubio se deslizó a gran velocidad directo hacia su oponente. Sin preámbulos, sin previo aviso, sin opción a negociar. Rudo y basto como un bocadillo de gambas, el chico pasaría justo por el lado del peliblanco a toda velocidad, alzando a su vez el brazo diestro, el cuál arremetería de manera dantesca en su pecho. Entre tanto, la electricidad se había hecho hueco en su guante, propinando al golpe un suculento hinchazón de fuerza.
— Y un carajo! Por ahí si que no pienso pasar! — Vociferaría tras su golpe.
Entre tanto, la pareja miraba al par de chicos, asustados. La situación se les estaba yendo de las manos.
El individuo recriminó al Yotsuki que todo había sido su culpa y responsabilidad, así, sin preámbulos. Pero lejos de callarse, lo que hizo fue enumerar los supuestos fallos que había tenido el de Kusa. Continuó diciendo que el primero en usar trucos de ninja había sido él, y en la casa de dos civiles. Así mismo, comentó que el primero en dañarlos había sido él, pues hacerlos correr quizás podía ocasionarle daños en las articulaciones. Zukamane se paró ipso facto, giró y buscó con sus ojos color cielo al peliblanco. Alzaba una ceja, incrédulo ante la sarta de gilipolleces que estaba soltando ese chico.
"¿Pero qué coño dice? ¿De verdad habla en serio?"
El Yotsuki tenía pensado contestar a esas palabras necias, pese a que lo que debía era poner oídos sordos. El chico terminó de enumerar esas dantescas idioteces, y por esos segundos, el de Kusa se llevó la diestra a la cabeza. Con el dedo indice comenzó a gesticular un torbellino, apuntándose a la sien. Claramente le estaba indicando a su "compañero" que estaba majareta.
— Chico, el calor te ha afectado a la cabeza... debería ir a ver un médico. —
Creía que todo quedaría en eso. Pero de nuevo se equivocó. El peliblanco se las tenía bien guardadas, era un liante de gran calaña. Con toda la cara del mundo, fue a insultar o meterse con una aldea entera. No tuvo demasiada suerte con ello, pues si de algo padecía el Yotsuki era de benevolencia con aquellos que se metían con sus hermanos. De ninguna manera, ahora era cuando sí que la había liado gorda.
"Dios... las has liado parda, chaval..."
Zukamane mostró lo que parecía ser una sonrisa. De hecho, hasta se le escapó una ligera risa con ésta. La vena que recorría su sien se hinchó hasta límites insospechados, y su mano bajó hasta la posición mas baja. Entre tanto, sus orbes no dejaban de enfocar su objetivo.
La poca distancia que por suerte o desgracia los separaba, sería mas que escasa para darle ocasión al chico a huir. Rápido y ágil cual pantera, el rubio se deslizó a gran velocidad directo hacia su oponente. Sin preámbulos, sin previo aviso, sin opción a negociar. Rudo y basto como un bocadillo de gambas, el chico pasaría justo por el lado del peliblanco a toda velocidad, alzando a su vez el brazo diestro, el cuál arremetería de manera dantesca en su pecho. Entre tanto, la electricidad se había hecho hueco en su guante, propinando al golpe un suculento hinchazón de fuerza.
— Y un carajo! Por ahí si que no pienso pasar! — Vociferaría tras su golpe.
Entre tanto, la pareja miraba al par de chicos, asustados. La situación se les estaba yendo de las manos.