5/06/2017, 10:54
Pese a todo, Taeko parecía realmente emocionada con su trabajo. Tomó la libreta de sus manos y, con toda la delicadeza del mundo, pasó la hoja para poder escribir algo. Por sus gestos, casi parecía temer que el dibujo de Ayame se fuera a desintegrar si lo tocaba demasiado.
Ayame volvió a sonrojarse. Rara vez recibía un halago de ese tipo, mucho menos con respecto a sus dibujos ya que solía hacerlos cuando se encontraba a solas, por lo que no sabía muy bien cómo debía comportarse ante aquellas situaciones.
—Ay... Muchas gracias —respondió, frotándose la nuca por debajo de su cabello. Sonrió, estaba muy contenta de que a la Kusagakuriense le hubiese agradado tanto su dibujo, por lo que enseguida asintió a su petición—. ¡Claro! Estaría encantada de que te lo quedaras.
Ni siquiera había esperado nada a cambio, pero Taeko ya había movido a un lado el pliego con el kanji de inicio y había extendido uno nuevo en su lugar. Muerta de curiosidad, Ayame se inclinó ligeramente hacia delante para observarla, siempre teniendo cuidado de no taparle la luz o resultar un incordio para ella.
«¡Está increíble, Ayame-san! ¿Puedo quedármelo, por favor? ¡Te daré algo bonito a cambio también!»
Ayame volvió a sonrojarse. Rara vez recibía un halago de ese tipo, mucho menos con respecto a sus dibujos ya que solía hacerlos cuando se encontraba a solas, por lo que no sabía muy bien cómo debía comportarse ante aquellas situaciones.
—Ay... Muchas gracias —respondió, frotándose la nuca por debajo de su cabello. Sonrió, estaba muy contenta de que a la Kusagakuriense le hubiese agradado tanto su dibujo, por lo que enseguida asintió a su petición—. ¡Claro! Estaría encantada de que te lo quedaras.
Ni siquiera había esperado nada a cambio, pero Taeko ya había movido a un lado el pliego con el kanji de inicio y había extendido uno nuevo en su lugar. Muerta de curiosidad, Ayame se inclinó ligeramente hacia delante para observarla, siempre teniendo cuidado de no taparle la luz o resultar un incordio para ella.