29/06/2015, 11:02
Kunie quedó impactada por mi arte, tanto fue así que incluso estuvo a punto de caerse del escalón en donde se encontraba. Algo que no me sorprendió, los que no acostumbran a tratar con explosiones, les suele coger por sorpresa el fuerte estruendo.
"Es elegante hasta cuando pierde el equilibrio"
-De veras!? Respondí sonrojado ante los halagos de la kunoichi de Amegakure, mientras me frotaba la nuca. -Suficiente explosivo como para hacer añicos una gran roca maciza de granito. Dije orgulloso. -Y he logrado perfeccionar la técnica gracias a ti...Muchas gracias.
Llevaba mucho tiempo intentándolo y no hubo forma de crear nada parecido a un ave, y de repente, con ella, lo he conseguido a la primera.
"¿Casualidad? No lo creo"
Cuando todo volvió a su lugar, Kunie cerró los ojos, se llevó una a la sien en plan seria, y aseguró que sabía hacer un truco fantástico. -¿En serio? Pregunté con intriga. Me pidió que le dijera un número.
"¿Un número?¿Para qué?" Pensé dubitativo.
En realidad tenía la mente muy ocupada en la kunoichi como para si quiera poder concentrarme en pensar en un mísero número. Pero hice un esfuerzo, y me busqué una motivación para poder atender a su petición.
"A lo mejor será que quiere saber el número de besos que necesita..."
Por lo que cuanto más grande fuera el número mejor sería para mí, y me puse manos a la obra.
"A ver... ver... me gustan varios números...para empezar, me gusta el el tres, seguido del cinco...y para terminar el siete. Entonces pensaré en el tres cientos cincuenta y siete. Jejeje"
-Bueno, creo que ya está...¿Y ahora? Respondí con picardía.
"Es elegante hasta cuando pierde el equilibrio"
-De veras!? Respondí sonrojado ante los halagos de la kunoichi de Amegakure, mientras me frotaba la nuca. -Suficiente explosivo como para hacer añicos una gran roca maciza de granito. Dije orgulloso. -Y he logrado perfeccionar la técnica gracias a ti...Muchas gracias.
Llevaba mucho tiempo intentándolo y no hubo forma de crear nada parecido a un ave, y de repente, con ella, lo he conseguido a la primera.
"¿Casualidad? No lo creo"
Cuando todo volvió a su lugar, Kunie cerró los ojos, se llevó una a la sien en plan seria, y aseguró que sabía hacer un truco fantástico. -¿En serio? Pregunté con intriga. Me pidió que le dijera un número.
"¿Un número?¿Para qué?" Pensé dubitativo.
En realidad tenía la mente muy ocupada en la kunoichi como para si quiera poder concentrarme en pensar en un mísero número. Pero hice un esfuerzo, y me busqué una motivación para poder atender a su petición.
"A lo mejor será que quiere saber el número de besos que necesita..."
Por lo que cuanto más grande fuera el número mejor sería para mí, y me puse manos a la obra.
"A ver... ver... me gustan varios números...para empezar, me gusta el el tres, seguido del cinco...y para terminar el siete. Entonces pensaré en el tres cientos cincuenta y siete. Jejeje"
-Bueno, creo que ya está...¿Y ahora? Respondí con picardía.