9/06/2017, 00:16
Tras deshacer sus manos en un buen grupo de mariposas, y mandarlas a explorar la zona, Keisuke se vio sorprendido de manera positiva. Resaltó que la chica era multifuncional, quizás queriendo refereirse a que sus habilidades tenían un sinfín de usos, comentario con el cuál no se equivocaba en absoluto.
—Si, supongo que si... jajaja.
No pasaron ni unos segundos hasta que el matasanos rememoró lo dicho por la chica antes de caer en ésa extraña prisión. Con curiosidad, preguntó si realmente la pelirroja era una inmortal. La verdad ya no podía ser escondida, ya se había aventurado a decirlo, no podía retractarse.
—Si, así es. —afirmó. —He perdido la vida tantas veces, que no sabría decirte ni cuantos años tengo... todo se hace raro y eterno cuando todo parece carecer de sentido.
Quizás la explicación no había sido de lo mas esclarecedora, pero... ¿qué otra cosa decir? ¿cómo explicar lo absurda y aburrida que se había vuelto la vida desde hacía unas décadas hasta el momento? ¿cómo expresar cuánto sufrimiento se puede almacenar en un solo cuerpo? Imposible, realmente faltarían palabras para expresar esos sentimientos.
Las mariposas, que avanzaban por los pasillos sin demora alguna, fueron informando a la chica de cómo iba quedando a su pasar. Al parecer, se trataba de una especie de circulo con un par de celdas mas, en una de las cuales había un grupo de conejos encarcelados. ¿Conejos? Si, conejos... el motivo era realmente un misterio, pero por suerte o desgracia, uno de ellos había conseguido zafarse de su celda. El aventurero, parecía el rey del antro, totalmente a sus anchas. Entre tanto, Keisuke sugirió a la chica que debía especializarse en rastreo o infiltración, guiado por lo poco que había podido ver de sus habilidades con el origami.
—Si, es una de mis mejores opciones... pero, no me gustaría ir a lo fácil. En éste campo tengo una ventaja genética que me lo pone muy fácil, lo que me resulta difícil es el combate directo... y eso es en lo que mas hincapié debería hacer. —sentenció la chica, decidida sobre eso ya tiempo atrás.
»Bueno... parece que estamos en un circulo perfecto, y todas las salidas tienen pega... vayamos por izquierda o derecha, vamos a estar en las mismas. Avancemos por aquí mismo, y veamos qué podemos hacer por salir...
Ella ya sabía que podía salir sin preocupaciones, pero no podía decir lo mismo de su compañero. Aunque, podía usar un pequeño explosivo en pos de romper las verjas carcelarias, si es que llegaban a verse en esa necesidad. Mientras tanto, tomaron el camino de la derecha.
—Si, supongo que si... jajaja.
No pasaron ni unos segundos hasta que el matasanos rememoró lo dicho por la chica antes de caer en ésa extraña prisión. Con curiosidad, preguntó si realmente la pelirroja era una inmortal. La verdad ya no podía ser escondida, ya se había aventurado a decirlo, no podía retractarse.
—Si, así es. —afirmó. —He perdido la vida tantas veces, que no sabría decirte ni cuantos años tengo... todo se hace raro y eterno cuando todo parece carecer de sentido.
Quizás la explicación no había sido de lo mas esclarecedora, pero... ¿qué otra cosa decir? ¿cómo explicar lo absurda y aburrida que se había vuelto la vida desde hacía unas décadas hasta el momento? ¿cómo expresar cuánto sufrimiento se puede almacenar en un solo cuerpo? Imposible, realmente faltarían palabras para expresar esos sentimientos.
Las mariposas, que avanzaban por los pasillos sin demora alguna, fueron informando a la chica de cómo iba quedando a su pasar. Al parecer, se trataba de una especie de circulo con un par de celdas mas, en una de las cuales había un grupo de conejos encarcelados. ¿Conejos? Si, conejos... el motivo era realmente un misterio, pero por suerte o desgracia, uno de ellos había conseguido zafarse de su celda. El aventurero, parecía el rey del antro, totalmente a sus anchas. Entre tanto, Keisuke sugirió a la chica que debía especializarse en rastreo o infiltración, guiado por lo poco que había podido ver de sus habilidades con el origami.
—Si, es una de mis mejores opciones... pero, no me gustaría ir a lo fácil. En éste campo tengo una ventaja genética que me lo pone muy fácil, lo que me resulta difícil es el combate directo... y eso es en lo que mas hincapié debería hacer. —sentenció la chica, decidida sobre eso ya tiempo atrás.
»Bueno... parece que estamos en un circulo perfecto, y todas las salidas tienen pega... vayamos por izquierda o derecha, vamos a estar en las mismas. Avancemos por aquí mismo, y veamos qué podemos hacer por salir...
Ella ya sabía que podía salir sin preocupaciones, pero no podía decir lo mismo de su compañero. Aunque, podía usar un pequeño explosivo en pos de romper las verjas carcelarias, si es que llegaban a verse en esa necesidad. Mientras tanto, tomaron el camino de la derecha.