9/06/2017, 15:50
El señor To quedó perplejo ante las palabras de Keisuke. Abrió la boca para decir algo, luego la cerró, y finalmente la volvió a abrir.
—Me temo que no tengo ni la más remota idea de a qué te refieres, shinobi-san. Probablemente sea alguna disputa de los pescadores con los pescateros, son dos gremios que nunca se llevan de buenas.
La respuesta fue tan directa como escueta. Parecía que aquel hombre no estaba interesado en los pormenores de la discusión que los muchachos habían presenciado en el puerto, sino que todo su afán en ese momento era que los médicos le trajesen la Cauda Draconis lo antes posible.
Cuando finalmente abandonaron la casa, el señor To Do les despidió con una mirada apremiante y, tras mirar con nerviosismo a un lado y otro del callejón, cerró la puerta tras ellos.
Quedaría apenas una hora y media de luz solar, y a juzgar por las distancias, los muchachos tardarían una media hora a pie en llegar hasta los acantilados más cercanos. Si dejaban que la noche se les echase encima, a saber las complicaciones que eso traería...
—Me temo que no tengo ni la más remota idea de a qué te refieres, shinobi-san. Probablemente sea alguna disputa de los pescadores con los pescateros, son dos gremios que nunca se llevan de buenas.
La respuesta fue tan directa como escueta. Parecía que aquel hombre no estaba interesado en los pormenores de la discusión que los muchachos habían presenciado en el puerto, sino que todo su afán en ese momento era que los médicos le trajesen la Cauda Draconis lo antes posible.
Cuando finalmente abandonaron la casa, el señor To Do les despidió con una mirada apremiante y, tras mirar con nerviosismo a un lado y otro del callejón, cerró la puerta tras ellos.
Quedaría apenas una hora y media de luz solar, y a juzgar por las distancias, los muchachos tardarían una media hora a pie en llegar hasta los acantilados más cercanos. Si dejaban que la noche se les echase encima, a saber las complicaciones que eso traería...