11/06/2017, 05:51
Ritsuko estaba muy segura de haber cerrado la puerta, pero allí estaba abriéndose una vez más casi como por arte de magia… Y decimos casi porque en realidad la muda de Kusagakure se había encargado de hacer el trabajo sí que todo tenía sentido.
Lo más curioso seguramente sería que la de cabellos cortos comenzó a mover la boca como si quisiera hablar, pero los sonidos que logró emitir no le significaron nada a la pelirroja que la miraba extrañada con una ceja alzada. Seguramente algún otro shinobi entendería perfectamente todo lo que la chica había querido decir, pero la de válvulas no sabía de lectura de labios así que mala suerte para la muda.
—¿Terminaste? —preguntó indiferente.
Así Taeko llorase a moco tendido delante suyo no cedería en lo más mínimo. Así lo habían hecho en la aldea, la habían insultado, apedreado, ridiculizado y mucho más sin importarles que llorase así que no tenía ningún motivo para simplemente brindarle a alguien más lo que nadie le brindó a ella.
—Cierra la puerta cuando te vayas, por favor —agregó al cabo de unos instantes antes de dirigirse nuevamente a la cama donde se tumbaría boca arriba.
Lo más curioso seguramente sería que la de cabellos cortos comenzó a mover la boca como si quisiera hablar, pero los sonidos que logró emitir no le significaron nada a la pelirroja que la miraba extrañada con una ceja alzada. Seguramente algún otro shinobi entendería perfectamente todo lo que la chica había querido decir, pero la de válvulas no sabía de lectura de labios así que mala suerte para la muda.
—¿Terminaste? —preguntó indiferente.
Así Taeko llorase a moco tendido delante suyo no cedería en lo más mínimo. Así lo habían hecho en la aldea, la habían insultado, apedreado, ridiculizado y mucho más sin importarles que llorase así que no tenía ningún motivo para simplemente brindarle a alguien más lo que nadie le brindó a ella.
—Cierra la puerta cuando te vayas, por favor —agregó al cabo de unos instantes antes de dirigirse nuevamente a la cama donde se tumbaría boca arriba.