[Mision Rango D] Mas fuerte que nunca

[Karamaru]

Con el culo en el piso, la mano en la nuca- sentido del golpe que había recibido- y una mirada perdida el calvo escuchó al anciano sin ganas ni capacidad de cuestionarlo. No se había percatado que la puerta podría estar cerrada, no hasta ese momento, y por suerte para él el viejo era lo suficientemente carismático como para darle esa ayuda que tanto necesitaba.

«A los golpes tal vez...» esbozó una sonrisa disimulada, pero no le dio replica al maestro de Yui. En cambio, levantó el culo del piso, se trató de secar un poco con las manos, tomó la llave, y dejó a la mujer y al viejo atrás en aquel recinto abierto a la incesable lluvia.

Corrió por los pasillos interiores, dandose cuenta que había tardado demasiado con el viejo a la idea, y casi sin darse cuenta se encontró en el piso de destino. Y realmente no se había dado cuenta, lo pasó de largo y tuvo que bajar escaleras al darse cuenta que estaba unos pisos por encima. Estando el piso seco e iluminado, y él apurado, no había de no pasarse de largo.

Muy bien, aquí es.

Encontró la puerta del aula con facilidad, festejando de no haber encontrado a otro como el anciano nuevamente, y metió la llave , la giró y con un ligero *click* la puerta se abrió. Ante él un aula típica que ya conocía de las veces que había estado en ellas. Tuvo que volver a ver el pergamino para localizar el banco, pero una vez lo hizo comenzó a caminar para buscar lo que había ido a buscar desde un principio.