Sinicuichi

[Keisuke]

Sin ningún inconveniente ambos ninjas lograron su libertad, a su alrededor se veía el resto del valle, y prácticamente, justo de frente, a unos cientos de metros, se alzaba la cordillera, sería cuestión que siguieran en línea recta para volver por donde habían venido.

—Espero que no se hayan robado mi ropa…— Reparé, después de todo mi túnica y camisa habían quedado en algún arbusto cerca del lago por donde caímos. —Aunque sinceramente quiero darme una chapuzón antes de partir, estoy todo pegajoso.— Aclaré.

Ambos seguimos caminando, ya un poco más tranquilos, la anciana parecía no tener intenciones de buscar a los culpables, tenía algo más importante que hacer y era capturar a todos los conejos.

—Aún me falta encontrar la bendita flor esa...— Suspiré, lo que en realidad quería hacer era ir directo a la seguridad de la villa.

No obstante, a unos pocos metros de ellos, a la izquierda de Aiko, yacía un pequeño grupo de flores amarillas, todas con las características que le había mencionado, ella sería la única en cuestión que podría verlas, ya que el pelirrojo se encontraba sumido en sus pensamientos.