24/06/2017, 21:09
Ahora que le tocaba sufrir el calor del verano, comenzaba a extrañar la eterna lluvia de las Tierras de la Llovizna... al menos estar mojada por la lluvia le resultaba bastante más agradable que hacerlo por puro sudor. Ataviada con su ropa habitual, chaqueta corta de cuello alto de color verde y su mono rojo de una material parecido al neopreno al que había tenido que bajar la cremallera casi hasta el ombligo para aliviar el calor, dejando un escote que su abuela consideraría casi delito.
—¡Empezamos bien el verano!— Izumi se quitó el gorro de color naranja un tanto exasperada para usarlo como abanico, avanzaba lentamente por el camino principal que discurría paralelamente al lago
"Espero que en Kusa no haga todavía tanta calor... apenas es verano..." guardó el gorro en su portaobjetos para no tener que seguir llevándolo en su mano "Necesito un baño..." se remangó ambas mangas "Y creo que ya no me queda casi agua" rebuscó en su cinturón por su pequeña cantimplora y en efecto, estaba casi vacía
Estaba apunto de lamentarse, cuando el destino por una vez en su vida le sonrío descaradamente. Al girar un recodo del camino, frente a ella apareció una vieja señal de madera con tres maderos que indicaban direcciones y en una de ellas pudo leer la palabra lago con cierta dificultad pues estaba bastante desgastada la escritura
"¡No me lo puedo creer! ¡Es mi día de suerte!" celebró la joven que no tardó ni un segundo en echar a correr hacia la su izquierda a través del pequeño camino que señalaba el cartel "Me voy a pegar una buen chapuzón antes de seguir el camino" la pelirosa corría a toda velocidad siguiendo la vereda que discurría entre árboles y arbustos, los cuales casi ocupaban el camino y más de una vez tubo que apartar.
Sin embargo, el ansia era tanta, que no le importaba ni siquiera arañarse un poco los guantes con tal de llegar cuanto antes para poder refrescarse. Antes de que se diese cuenta, el bosque acabó abruptamente desembocando el camino en la orilla del lago.
—¡Mierda!— fue lo único que le dio tiempo a decir o pensar antes de que todo se precipitase
Entre la velocidad que llevaba y la última rama de un árbol que tapo su visión hasta el último segundo, Izumi no pudo ver un bulto de color negro y azul pálido que parecía estar agachado sobre la orilla del lago. La kunoichi impacto contra aquella cosa, arrollándola prácticamente y provocando que cayese hacia delante sobre el agua. Ella salió despedida por encima y terminó entrando prácticamente de cabeza en el agua.
Por suerte la zona sobre la que se precipito tenía un poco de profundidad y el impacto se redujo un poco. Aún así, la pelirosa acabó tumbada sobre el agua como si estuviese haciéndose el muerto con ambos brazos y piernas extendidas.
"Un día de estos me rompo la espalda" podía notar el quemazón de la parte donde su shirasaya y portabojetos habían sido aplastadas contra sus lumbares.
No tenía ni idea de contra qué había chocado, pero ahora mismo no le importaba demasiado... solo trataba de recuperarse el golpe.
"Al menos ahora estoy fresquita..."
—¡Empezamos bien el verano!— Izumi se quitó el gorro de color naranja un tanto exasperada para usarlo como abanico, avanzaba lentamente por el camino principal que discurría paralelamente al lago
"Espero que en Kusa no haga todavía tanta calor... apenas es verano..." guardó el gorro en su portaobjetos para no tener que seguir llevándolo en su mano "Necesito un baño..." se remangó ambas mangas "Y creo que ya no me queda casi agua" rebuscó en su cinturón por su pequeña cantimplora y en efecto, estaba casi vacía
Estaba apunto de lamentarse, cuando el destino por una vez en su vida le sonrío descaradamente. Al girar un recodo del camino, frente a ella apareció una vieja señal de madera con tres maderos que indicaban direcciones y en una de ellas pudo leer la palabra lago con cierta dificultad pues estaba bastante desgastada la escritura
"¡No me lo puedo creer! ¡Es mi día de suerte!" celebró la joven que no tardó ni un segundo en echar a correr hacia la su izquierda a través del pequeño camino que señalaba el cartel "Me voy a pegar una buen chapuzón antes de seguir el camino" la pelirosa corría a toda velocidad siguiendo la vereda que discurría entre árboles y arbustos, los cuales casi ocupaban el camino y más de una vez tubo que apartar.
Sin embargo, el ansia era tanta, que no le importaba ni siquiera arañarse un poco los guantes con tal de llegar cuanto antes para poder refrescarse. Antes de que se diese cuenta, el bosque acabó abruptamente desembocando el camino en la orilla del lago.
—¡Mierda!— fue lo único que le dio tiempo a decir o pensar antes de que todo se precipitase
Entre la velocidad que llevaba y la última rama de un árbol que tapo su visión hasta el último segundo, Izumi no pudo ver un bulto de color negro y azul pálido que parecía estar agachado sobre la orilla del lago. La kunoichi impacto contra aquella cosa, arrollándola prácticamente y provocando que cayese hacia delante sobre el agua. Ella salió despedida por encima y terminó entrando prácticamente de cabeza en el agua.
Por suerte la zona sobre la que se precipito tenía un poco de profundidad y el impacto se redujo un poco. Aún así, la pelirosa acabó tumbada sobre el agua como si estuviese haciéndose el muerto con ambos brazos y piernas extendidas.
"Un día de estos me rompo la espalda" podía notar el quemazón de la parte donde su shirasaya y portabojetos habían sido aplastadas contra sus lumbares.
No tenía ni idea de contra qué había chocado, pero ahora mismo no le importaba demasiado... solo trataba de recuperarse el golpe.
"Al menos ahora estoy fresquita..."