Como él había supuesto, al mujer no le habían agradado ni las actitudes, ni las palabras de Kaido, si bien en cierta parte la culpable de la situación que se formado era ella, lo dicho por el azulado no ayudo mucho, de hecho fue eso mismo lo que provocó que la kunoichi actuara con violencia, aunque al parecer, al estar ambos empapados hasta los pelos, la llave que Izumi intento efectuar en su adjunto tras expresar sus pretensiones, no tuvo efecto alguno.
Ashito solo se quedó observando como ambos shinobis, ahora ya identificados por sus bandanas como ninjas de Amegakure y Kusagakure, se retiraron del agua de mal humor para poder asentarse en tierra firme, aunque no sin antes escuchar una gran critica proveniente del Amenio con destino hacia los Kusareños.
—¿puedes creerlo?; y luego dicen que la bestia salvaje soy yo. ¡Já!— expreso bastante molesto dirigiéndose al Uzureño.
<<Bueno, tampoco se podría reaccionar demasiado amable, cuando alguien te levanta del cuello de la chaqueta, y para agregar, quien lo hizo tiene cara de querer comerte>> pensó con una gota de sudor en su nuca, aunque jamás en la vida dejaría que esas palabras se le escaparan, la primera impresión es importante y no permitiría que un descuido le formara un nuevo enemigo, menos si este pertenecía a otra aldea- Si…- dijo dudando sobre que responder.
El ambiente aún estaba tenso, aunque la discordia comenzó a disminuir cuando se oyeron las palabras de Kaido, o eso pensó él, ya que la última advertencia pudo haber arruinado todas las anteriores palabras del hombre-pez.
Ashito no sabía qué hacer, con la leve discrepancia entre los shinobis se sentía de más, como si estuviera interrumpiendo algo, aunque de verdad preferiría estar ausente si se llegara a desarrollar una batalla entre ellos, ya que, al no haber nadie más por aquí, él seria quien debería intentar evitar que se maten.
- Bien, Kaido de Amegakure, mi nombre es Kurusu Ashito de Uzushiogakure, es un gusto- exclamo rápidamente tras la presentación del Amenio intentando calmar los ánimos mostrando una sonrisa, para después concentrar su mirada en la Kusareña esperando su presentación.
Ashito solo se quedó observando como ambos shinobis, ahora ya identificados por sus bandanas como ninjas de Amegakure y Kusagakure, se retiraron del agua de mal humor para poder asentarse en tierra firme, aunque no sin antes escuchar una gran critica proveniente del Amenio con destino hacia los Kusareños.
—¿puedes creerlo?; y luego dicen que la bestia salvaje soy yo. ¡Já!— expreso bastante molesto dirigiéndose al Uzureño.
<<Bueno, tampoco se podría reaccionar demasiado amable, cuando alguien te levanta del cuello de la chaqueta, y para agregar, quien lo hizo tiene cara de querer comerte>> pensó con una gota de sudor en su nuca, aunque jamás en la vida dejaría que esas palabras se le escaparan, la primera impresión es importante y no permitiría que un descuido le formara un nuevo enemigo, menos si este pertenecía a otra aldea- Si…- dijo dudando sobre que responder.
El ambiente aún estaba tenso, aunque la discordia comenzó a disminuir cuando se oyeron las palabras de Kaido, o eso pensó él, ya que la última advertencia pudo haber arruinado todas las anteriores palabras del hombre-pez.
Ashito no sabía qué hacer, con la leve discrepancia entre los shinobis se sentía de más, como si estuviera interrumpiendo algo, aunque de verdad preferiría estar ausente si se llegara a desarrollar una batalla entre ellos, ya que, al no haber nadie más por aquí, él seria quien debería intentar evitar que se maten.
- Bien, Kaido de Amegakure, mi nombre es Kurusu Ashito de Uzushiogakure, es un gusto- exclamo rápidamente tras la presentación del Amenio intentando calmar los ánimos mostrando una sonrisa, para después concentrar su mirada en la Kusareña esperando su presentación.
- Hablo-
<<Pienso>>